Políticas públicas y batalla cultural en la 4T

Enrique Vera: Políticas públicas y batalla cultural en la 4T.

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El politólogo, fundador del partido Podemos y ex vicepresidente segundo del gobierno de España, Pablo Iglesias visitó nuestro país y ofreció una ponencia magistral organizada por el gobierno de Oaxaca que llevó por título “Diálogos de la primavera: Comunicación, narrativa y batalla cultural en el siglo XXI”. Me permito mencionar algunas de las principales ideas:

1. La democracia como movimiento y no sólo como procedimiento. Para Iglesias, la democracia no sólo consiste en votar cada 6 años sino empoderar a las mayorías sociales; a los de abajo. Es por ello que la democracia no sólo está en las elecciones, sino también en todos los espacios que determinan las relaciones sociales: academia, medios de comunicación, productos culturales, sistemas de impartición de justicia, partidos políticos.

2. La política como conflicto. Todo avance social conseguido a lo largo de la historia no fue producto de la caridad, la cesión o el acuerdo sino de la lucha social. El derecho laboral es el resultado histórico de la lucha de clases. Las jornadas de trabajo limitadas, vacaciones o las normas de seguridad e higiene en el trabajo son el resultado de un combate, de un conflicto. “¿Podrían haber votado las mujeres si las feministas no hubieran luchado? ¿Podrían haber votados los trabajadores si no hubiera habido un movimiento por el sufragio universal? ¿Tendrían derechos soberanos los pueblos indígenas si no hubieran asumido el conflicto y la lucha por sus derechos?, pregunta Pablo Iglesias. La democracia es la expresión de una correlación de fuerzas. La política es conflicto. Agonismo lo llamó Chantal Mouffe.

3. La política implica defender intereses en contraposición. No son compatibles los intereses del pueblo con los intereses de los banqueros o grandes multinacionales. La política implica definirse, defender unos intereses frente a otros.

4. La batalla cultural forma parte de toda política pública. Iglesias hizo alusión a la polémica del diputado chileno Gonzalo Winter, el cual hizo una crítica al gobierno de su mismo signo político al afirmar que el gobierno de Gabriel Boric no estaba dando la lucha cultural. Algunos ministros del gobierno de Boric replicaron que ellos no estaban para dar la batalla cultural sino para hacer políticas públicas que mejorasen la vida de la gente. Winter respondió que si como consecuencia de la acción de los medios de comunicación, la mayoría de los ciudadanos de Chile piensan que los impuestos están mal, entonces ningún gobierno podría hacer lo que es imprescindible para hacer políticas de izquierdas: políticas fiscales redistributivas que consigan que por medio de la fiscalidad se pueda redistribuir la riqueza. No se puede llevar a cabo una transformación allá donde la gente no percibe que la necesita. Citando a Gramsci, toda gran revolución es antes una gran conversación.

5. Los sectores oligárquicos siempre apuestan por la vía de la destrucción de la democracia cuando hay un movimiento que quiere convertir sus privilegios en derechos. Es el reaccionarismo, el fascismo la mejor muestra de ello. Es por ello que la concepción de democracia de un proyecto de izquierdas, transformador, otorga poder a los de abajo, a las mayorías para que el día de una elección el voto de un ciudadano valga lo mismo que el voto de un gran empresario. Cuando los resultados de las elecciones no les favorecen, las oligarquías, la derecha esgrime que la democracia es tumulto, barbarie y que “la gente no vota bien”.

6. Por último, Iglesias afirma que la Cuarta Transformación no es sólo un proyecto socioeconómico sino también un proyecto cultural. Es la manera que el pueblo de México se ve a sí mismo y quiere construir su país; un relato que no se puede anclar sólo en acciones de partido, sino en todas las instancias donde el poder se desenvuelve. El poder judicial… por ejemplo. Toda transformación genera reticencias. El cielo no se toma por consenso, sino por asalto.

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