La ley de Amparo y un animal asesinado
Felipe Escalante Ceballos: La ley de Amparo y un animal asesinado.
EL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN. En defensa de nuestros lectores -y no de la 4T- haremos una aclaración desde el punto de vista de la Ley de Amparo. En estos tiempos numerosos ciudadanos han promovido amparo contra actos del Gobierno Federal. Al respecto, los reporteros y redactores afirman que eso es “una derrota de AMLO”. Esto es una impropiedad.
En el juicio de amparo una cosa es el expediente principal (en cuya sentencia se concederá el amparo, o se negará, en su caso); y otra cosa es el incidente de suspensión del acto reclamado. Este incidente de suspensión se tramita aparte, separado del expediente principal, y tiene por objeto impedir de manera provisional que la autoridad proceda en contra del quejoso. El hecho de que se conceda al amparista la suspensión es para protegerlo momentáneamente, hasta en tanto se dicta la sentencia de amparo. Nada más.
Eso es lo que ocurre con la suspensión concedida a Edmundo Jacobo para que permanezca como secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral. Y lo mismo sucede con la suspensión temporal que la Suprema Corte de Justicia concedió al INE contra el llamado popularmente “Plan B”. Según dicen los periódicos, “esa suspensión es para el efecto de que las cosas se mantengan en el estado en que hoy se encuentran y rijan las disposiciones vigentes antes de la respectiva reforma”.
Tanto la legalidad de la permanencia del Edmundo Jacobo en la Secretaría Ejecutiva del INE, como la constitucionalidad y vigencia del Plan B, serán resueltas posteriormente, precisamente en las sentencias que serán dictadas en su momento. Es decir, en esas sentencias se resolverán en definitiva esas quejas o inconformidades y ya no tendrán efectos las suspensiones que, se reitera, son dictadas de manera provisional.
Entonces, que se conceda la suspensión con motivo de un amparo no es una derrota jurídica para la autoridad, como algunos periodistas dicen por su desconocimiento de la Ley de Amparo y por no consultar con un abogado o, cuando menos, con un estudiante de leyes. Un tirahulazo y el primer gazapo de hoy aterriza en el morral.
ANIMAL ASESINADO. Nuestro amigo del micrófono Mario Chacón Medina, ha avistado un gazapo y lo envía a esta columna. En un diario local se informa de un ocelote asesinado en una comisaría de Tizimín. Don Mario se queja: “Constantemente se repite: asesino de animales. No, asesinar es matar a una persona”.
Tiene razón el caballeroso santiaguero. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española asesinar es matar a una persona con premeditación o con otra circunstancia agravante. Al ocelote indebidamente se le dio muerte, pero no fue asesinado, pues no es una persona. Gracias por el envío de esa impropiedad, apreciado amigo Mario. Otro disparo del tirahule y la segunda pieza del día reposa en el sabucán.
Hasta el próximo tirahulazo.