Un desbarre político y “prestar” dinero
Felipe Escalante Ceballos: Un desbarre político y “prestar” dinero.
LA CANDIDATA. Don Fernando Río Rosado, amable seguidor de esta columna, nos envía el discurso de una candidata a gobernar el Estado de México. Según se dice, para ganar adeptos la aspirante a gobernadora pronunció un conceptuoso discurso contra la violencia en esa entidad. Y al dirigirse a sus simpatizantes lesa dama dijo de manera contundente: “Los feminicidios aqueja(n) principalmente a las mujeres”. ¡Qué notable descubrimiento! ¡El feminicidio, o sea, privar de la vida a mujeres, afecta principalmente a las mujeres! ¿Y a quiénes más afectaría? Al parecer, ese “principalmente” no es absoluto, otras personas podrían ser también víctimas de ese delito. Tal vez la pretendiente a gobernadora pensaba en los miembros de la comunidad LGTBI. Estamos en presencia de un verdadero gazapo, el que se comete inadvertidamente por no pensar bien antes de hablar o escribir.
El tirahule entra en acción, de inmediato lanza un grueso guijarro contra el feminicidio de mujeres, el dislate cae a tierra y lo depositamos en el morral. Muchas gracias, estimado amigo Fernando.
PRESTAR DINERO. Nuestro amigo del micrófono, don Mario Chacón Medina, revisa la prensa local mientras escucha como música de fondo un rocanrol de los años 60 de la centuria anterior. Al leer (no ler, como decía un ex secretario de Educación) las noticias, el exitoso locutor y conductor advierte una expresión muy yucateca, pero distanciada del buen uso del idioma español. La publicación se refiere a las graves consecuencias de la carestía que padecemos, “lo que ha propiciado que algunos comiencen a vender sus artículos y prestar dinero”. Socarronamente, nuestro amigo comenta: “Lo bueno es que, a pesar de sus bajos ingresos, tienen para dar. Así somos los yucatecos”.
En Yucatán mucha gente, incluyendo personas que se supone son ilustradas, utilizan el verbo transitivo prestar como solicitar dinero u otros bienes para devolverlos posteriormente. Darle ese significado a “prestar” es un barbarismo. Según el Diccionario de la Lengua Española esa voz tiene un significado totalmente opuesto. Veamos: “prestar. Entregar algo a alguien para que lo utilice durante algún tiempo y después lo restituya o devuelva”. En el habla yucateca con frecuencia escuchamos: “Para salir del apuro le presté dinero al banco”. En realidad, fue la institución bancaria la que le prestó dinero al solicitante y no al revés.
La resortera envía un certero disparo, el pedrusco se impacta en el bonito ejemplar y la segunda pieza del día reposa en el morral. Con este buen gazapo concluimos la expedición cinegética y nos despedimos. Nos veremos en esta columna el sábado siguiente. Muchas gracias, don Mario.
Hasta el próximo tirahulazo.