La cultura es sacrificio

Felipe Escalante Ceballos: La cultura es sacrificio.

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UNA ENSEÑANZA DE MI PADRE. Mi padre, Felipe Escalante Ruz, fue un adicto a la lectura y procuró enseñarnos ese hábito a sus dos hijos. Su afición lo hizo disfrutar tanto de obras científicas relativas a su profesión de químico, como las históricas y literarias, en especial novelas, cuentos y biografías de personajes ilustres. Recuerdo a mi padre muchas noches dedicado a su pasatiempo favorito, con un lápiz en la mano para anotar las buenas lecciones que tenía el ejemplar que disfrutaba. Y cuando salía a la calle era característico en él llevar un tomo bajo el brazo para leerlo a la primera oportunidad. Fue un lector incansable.

En varias ocasiones don Felipe me entregó alguna obra adecuada a mi edad para que yo la leyera y después la comentara con él. También me daba consejos derivados de la lectura. Una de sus enseñanzas fue la siguiente: “Hijo, la cultura es sacrificio. Si quieres ser una persona culta tendrás que dedicarle mucho tiempo a la lectura de buenos libros. Para ello deberás sacrificar muchas horas al descanso y a las actividades recreativas. ¡Es un sacrificio! Pero, al final verás que valió la pena”.

Muchas veces mi papá me repitió ese consejo, acompañado de la recomendación de usar siempre el diccionario, pues, si leemos sin entender el significado de las palabras esa lectura no será provechosa. Bonita enseñanza. Con todo gusto la compartimos con los lectores de esta columna.

PREFERIMOS A JUAN BREA. Para sus crónicas deportivas en el Diario de Yucatán don Felipe Escalante Ruz usaba el seudónimo Juan Brea, con el que llegó a ser un escritor muy popular. Esto dio origen a una simpática situación que ahora les cuento.

A principios de los años 80 del siglo pasado una agencia de viajes local organizó excursiones turísticas para conocer la maravilla de esa época, el Astrodome de Houston, Texas. Ese inmueble, totalmente techado y con aire acondicionado, era el nuevo campo deportivo donde jugaba el equipo de béisbol Astros de Houston. En esos tiempos los Astros eran los sotaneros de las Ligas Mayores de los Estados Unidos, pero sus entusiastas aficionados llenaban el reluciente y bello recinto.

Mi padre se apuntó para ir en una de esas excursiones y solicitó a la dirección del Diario de Yucatán una carta de presentación para la administración de los Astros, con indicación de que Felipe Escalante Ruz era cronista del Diario y solicitaba tener acceso a la caseta de prensa. La carta fue enviada vía electrónica (fax) y pronto hubo respuesta: los Astros expresaron que el Sr. Escalante era bienvenido, pero preferían que el enviado fuera Juan Brea.

Hubo necesidad de redactar nuevamente la solicitud para que Juan Brea asistiera al moderno estadio y presenciara algún juego desde la cómoda caseta de prensa del Astrodome. La recompensa para los Astros -y también para los aficionados yucatecos- fue una sabrosa crónica deportiva de Juan Brea sobre ese espectacular inmueble.

Aviso: La semana próxima retorna el tirahule. Hasta el próximo tirahulazo.

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