Tren, locomotora y leña hirviendo

Felipe Escalante Ceballos: Tren, locomotora y leña hirviendo.

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UN TREN EN VEZ DE LOCOMOTORA. En el Facebook alguien comenta un suceso ocurrido el 4 de julio de 1886. El escrito se refiere al paso del primer tren de vapor por varios pueblos muy humildes de Yucatán. El comentarista señala que “al tren se le tiraba leña hirviendo”.

Aquí hay una impropiedad del lenguaje. El informante emplea la voz “tren” en lugar de “locomotora”. A ésta sí se le arrojaba la madera como combustible y al tren no. El vocablo “tren” -que es un sinónimo de “ferrocarril”- designa al medio de transporte que circula sobre raíles (rieles), compuesto por una serie de vagones y una locomotora que los arrastra. El tren es una cosa y la locomotora es otra.

SÓLIDO BURBUJEANTE. Antiguamente para la tracción de trenes de pasajeros o de carga se utilizaba la locomotora impulsada por vapor de agua. Para producir el vapor se empleaban el agua y la madera como combustibles. Esas máquinas fueron sustituidas por las locomotoras eléctricas.

En la frase que comentamos, al decirse “leña hirviendo” se emplea la palabra “hirviendo” con un significado distinto al que tiene. “Hirviendo” es el gerundio de “hervir”, verbo éste que se define como “producir burbujas por la acción del calor”. Ésta es una característica de los líquidos. La leña es la “parte de los árboles y matas que, cortada y hecha trozos, se emplea como combustible”. No es posible que un sólido como la leña pueda hervir, pero sí puede arder, abrasarse o quemarse para obtener el vapor de agua necesario para echar a andar la locomotora.

La honda hace su aparición. Sendos disparos se impactan en el “tren”, que en realidad es una locomotora y en la “leña hirviendo”, que no burbujea sino arde, y los dos primeros gazapos de este día reposan en la talega.

POBREZA DE LENGUAJE. Los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace nueve años se lamentan con el reportero y éste elabora la nota publicada en un diario de la capital mexicana: “Para que se pueda avanzar en la localización de los 43 es imprescindible que sean entregados los documentos que aún no han sido entregados”.

¿Entregar los documentos no entregados? La monotonía del lenguaje es evidente y el periodista exhibe su pobreza léxica. ¿Cómo escribir mejor esa oración? Un ejemplo de ello lo tenemos en el mismo periódico. Otro comentarista -con mayor destreza en la redacción-, informa del suceso de la siguiente manera: “Para avanzar en el caso es imprescindible entregar la información que solicitan los padres y que daría certeza sobre el paradero de los jóvenes”.

El tirahule se alista para un nuevo trabajo. Durísima pedrada deja inerte al monótono gazapo, lo depositamos en nuestro sabucán, damos por concluida la cacería y nos despedimos de nuestros ocho lectores.

Hasta el próximo tirahulazo.

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