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Para el control de las garrapatas, desde hace muchos años, se han usado los productos químicos sintéticos. Acaricida, antieméticos para combatirlas y nematodos que son los gusanos de los animales, esto se ha usado de manera irracional, provocando el problema de la resistencia, es decir, ya no funcionan los productos de tanto que se han usado, los parásitos se han acostumbrado a este tipo de tratamiento, pero no solo eso, sino que esta resistencia es transmitida a las nuevas generaciones que se vuelven aún más resistentes.

Al no estar funcionando los productos ¿qué hacen los laboratorios? Generan productos con mayor concentración de químicos sintéticos, mezclan diferentes productos químicos para potencializar el efecto contra estos parásitos, lo que agrava la situación, porque se van utilizando en los animales y se les puede provocar ciertos problemas, como una intoxicación, además estos productos se van concentrando en lo que es la carne o la leche de los animales, siendo destinados para el consumo humano. Así lo precisó el Dr. José Alberto Rosado Aguilar, parasitólogo y epidemiólogo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Uady.

Al aplicar los químicos se debe de respetar el tiempo mínimo de retiro que nos piden, hay productos que deben esperar un mínimo de quince días, otros un mes o más, y no se puede sacrificar al animal una vez puesto el tratamiento, hay productores que no respetan este tiempo, luego se vende la carne y la leche sin reparo.

Nosotros como humanos consumimos esa carne o esa leche, las cuales tienen residuos y esto nos puede causar reacciones desde leves intoxicaciones hasta enfermedades crónicas, pudiéndose desarrollar cáncer si la exposición a estos productos es frecuente, además, cuando estos químicos son puestos a los animales, ya sea que se apliquen en baños acaricidas para controlar a las garrapatas, o con inyecciones, al final todo es eliminado a través de las heces o en la orina, lo que al caer al suelo permea el manto freático, generando contaminación en las aguas que se consumen en ciertas poblaciones, causando un impacto negativo y afectaciones a la flora y fauna de las entidades.

La esperanza verde es buscar en las plantas de la región alternativas para el control de las garrapatas y nematodos, que son resistentes a estos productos químicos, es decir, se está en la búsqueda desde hace más de dieciséis años mediante dos principales plantas como el paiché (Petiveria alliacea), que tiene un olor muy significativo, ya que huele fuerte a zorrillo por unos compuestos sulfurados que contiene y que producen ese olor desagradable, pero es muy bueno contra las garrapatas. La otra es la Káakalché (Diospyros Anisandra), un arbusto que tiene una particularidad, no sólo controla a las garrapatas, sino que también nematodos, que en el ganado bovino pueden provocar la fasciola hepática, que luego se puede transmitir al humano al consumir un hígado contaminado.

En lo particular, se han evaluado más de veinte plantas y están haciendo búsquedas a través de los médicos tradicionales de la región, ya que ellos han compartido cierta información que utilizan para combatir a los parásitos.

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