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En la Península de Yucatán se ha reportado la presencia de contaminantes persistentes, un ejemplo, son los plaguicidas organoclorados, a causa de las actividades agrícolas. Autores como Polanco y colaboradores (2017) han reportado la presencia de estos químicos en cuerpos de agua, como el caso de los cenotes en el 2011. Giácoman y colaboradores (2017) registran que entre los años 2012 y 2013, el 60% de los pozos entre las comunidades de Mérida y Progreso, no eran aptas para el consumo humano, ya que las concentraciones de plaguicidas superaban las normas recomendadas como la NOM-127-SSA1-1994. Señalaron Alejandra Sánchez González y Elsa Noreña Barroso quienes pertenecen a la Unidad de Química de la UNAM en Sisal.

Se propuso monitorear a 21 plaguicidas organoclorados y 1 organofosforado en la comunidad de Sisal en 2019, aunado a esto se contemplaron variantes ambientales, como las épocas climáticas de región (secas, lluvias y nortes) y la condición espacial de medir en dos ecosistemas diferentes; la parte de la ciénega del pueblo y el litoral costero que abarca.

Se realizaron 3 muestreos para cubrir las variables ya mencionadas, se recolectaron 14 muestras de agua (42 muestras en total), un litro por cada muestra y se llevaron para su análisis en el laboratorio de Ciencias Ambientales de la Facultad de Química de la UNAM perteneciente a la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación en Sisal (UMDI-Sisal), a las muestras se les aplicó varias de las metodologías propuestas por la EPA, con sus debidas modificaciones, se extrajeron a través de cartuchos Strata X.

La cromatografía es un proceso donde se separa la muestra de forma gaseosa, para poder identificar algún contaminante de interés, suelen utilizarse dos características base: el tiempo de retención, que podría interpretarse como el minuto en que ese corredor (contaminante) empezó a correr y; los iones, que es una característica química de este contaminante.

Se identificó 15 de los 21 plaguicidas organoclorados medidos, de los cuales destacan 3 grupos por su frecuencia y sus concentraciones: el grupo de los Líndanos que tuvieron las concentraciones a más altas y una frecuencia de 34/42 de las muestras totales, los DDT´s con la misma frecuencia de los líndanos y los Endosulfanes que se encontraron en 36/42 de las muestras totales. No encontramos clorpirifos en ninguna de las muestras. No se encontró relación entre las épocas climáticas y las concentraciones. Cabe mencionar que estos plaguicidas se encuentran prohibidos por el Convenio de Estocolmo.

Como ya mencionamos otros autores han reportado sus hallazgos que comparables, lo cual nos refleja un arrastre de estos contaminantes por la red kárstica de la Península, y si bien las concentraciones no superan la normativa recomendada, si están llegando a las costas de la entidad y se siguen utilizando pese a que estén prohibidos.

Referencias: Giácoman G., Lizárraga, I., Hernández, E., Ponce, M. (2017) Presencia de Plaguicidas en el Acuífero Cárstico entre los Municipios de Mérida a Progreso, Yucatán, México. Centro Azúcar Revista. Vol. 44:1-13pp.

Polanco, A., Navarro, J., Solorio J., Mena, G., Marrufo, J., Valls, T. (2014) “Contamination by organochlorin epesticides in the aquiferof the Ring of Cenotes in Yucatán, México”. Water and Environment Journal. Vol. 29: 140-150pp.

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