Los otolitos son estructuras situadas en el sistema auditivo interno de los vertebrados. En los peces, los otolitos juntos con la línea lateral componen el sistema acústicolateral que les permite mantener el equilibrio y les brinda información sobre la velocidad y dirección en la que están nadando.

Los otolitos están constituidos por carbonato de calcio, una proteína llamada otolina y sales inorgánicas, se encuentran en los laberintos membranosos que existen a cada lado del neurocráneo, dado que los otolitos se desarrollan desde el estado embrionario del organismo crecen a medida que crece el pez, esta característica los convierte en elementos que contienen valiosa información sobre los eventos que ocurren a lo largo de la vida del pez, según señaló la M.C Maribel Vadillo Alemán, responsable técnico del laboratorio de biología de la conservación de la UNAM.

El estudio de los otolitos ayuda a determinar la edad de los peces, uso de hábitat, presencia de contaminación y patrones migratorios. La forma, tamaño y estructura de los otolitos sagitta son propias de cada especie por lo que se utilizan como auxiliares en la determinación de las especies y por ello son considerados la huella dactilar de los peces.

La M.C. de la UNAM, Ariana Solís, nos comenta que los otolitos del registro arqueológico por sus características tanto morfológicas como químicas, nos proporcionan información no solo de las especies, sino también en el ambiente en que se desarrollaron. En la Península de Yucatán se asentó la cultura maya que aprovechó los recursos pesqueros que tenían a su alcance, los arqueólogos al registrar los otolitos en sitios arqueológicos, nos ayuda a saber qué especies aprovechaban los mayas, para saber algunas de las condiciones ambientales que había en ese entonces. “Hasta lo que hemos visto, utilizaban mucho a los bagres, que actualmente sólo se consumen en algunas regiones muy específicas, especies de la familia Sciaenidae, como son las corvinas y sardinas; también aprovechaban mucho los tiburones, rayas que no solo era para consumo, lo utilizaban en rituales, en los ornamentos”.

Para los aspectos rituales utilizan las espinas de las rayas, para hacerse autosacrificio la espina se la clavaban en la lengua para dejar sangre sobre vasijas, hay indicios que usaban los espinos de bagre para consumo estaban los de la familia Sciaenidae. Ahora están analizando cómo ha cambiado el tamaño de los otolitos que correspondía a los peces del pasado y a los actuales, los otolitos de los peces del pasado van a ser más grande que los que existen actualmente y es principalmente por las actividades pesqueras, cuando se ejerce una presión muy fuerte en la pesquería sobre las comunidades pesqueras tienden a disminuir su tamaño, creemos que esta es lo que sucede ahora, para la ornamentación estaban las espinas de las rayas que incluso algunas espinas están en la exposición del museo mundo maya, sobre las diferenciación de los otolitos del pasado y presente se espera encontrar cambios en la composición química, lo que es interesante porque se puede hacer una reconstrucción del clima y de la temperatura superficial del océano haciendo análisis isotópico a los otolitos arqueológicos. Los peces utilizan a los otolitos para equilibrarse en la columna de agua para saber en qué posición a la hora de girar.