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¿Cuáles son las implicaciones de la reforma electoral y por qué es importante manifestarnos de manera virtual y tomar las calles para defender nuestro sistema democrático? Los recortes presupuestales y la modificación a la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), dará pie a que no haya un efectivo proceso de invitación a la ciudadanía para ser funcionarios ante las mesas directivas de casilla; que exista una adecuada capacitación a quienes hayan sido insaculados y aceptado ser funcionarios, lo que dará como resultado que nos encontremos en la jornada con actas de escrutinio y cómputo con errores; dudas entre funcionarios de cómo llevar la jornada; larga espera posterior a los cierres de casillas, propiciando la falta de certeza y desconfianza de la ciudadanía; todo esto, por la imposibilidad material del personal del Instituto, al no existir un acompañamiento adecuado, en un proceso que hoy es responsabilidad de las y los ciudadanos en las casillas.

La desaparición de las vocalías del Registro Federal de Electores en las Juntas Distritales, la implementación de módulos de credencialización en los edificios públicos de Gobierno como son las escuelas y los hospitales; la eliminación de los módulos itinerantes del INE que acercaban los trámites a las comunidades; el desvanecimiento del Fondo para la Atención Ciudadana y mejoramiento de Módulos del INE, que es un fideicomiso que le permite al Instituto mejorar el equipo que se utiliza en el trámite de solicitud de la credencial de elector; el requisito de validación por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la autorización de un connacional en el extranjero que solicita su inscripción en el padrón electoral, estos son ejercicios de control del Estado que limitan la libertad política del ciudadano y vulnera sus derechos.

Se busca reducir la planta laboral del Instituto, quienes pertenecen al Servicio Profesional de Carrera, lo que ha permitido que en el organismo estén las mejores mujeres y hombres, evitando el compadrazgo y el influyentismo a la hora de designar a quienes tienen la responsabilidad de organizar las elecciones. Lo que obliga al personal a tener que prepararse de manera permanente, presentar exámenes de evaluación no sólo para efectos de promoción, sino para mantener su permanencia, ya que al ser un trabajo tan técnico, la responsabilidad no puede quedar en manos de gente improvisada, sin ningún mérito profesional y, mucho menos, en manos de quienes lleguen como resultado de compromisos políticos. Invertir en capital humano y en profesionalización no es derroche; es inversión.

La reforma en cuestión busca vulnerar la autonomía del INE, en primera haciendo partícipe al titular del órgano interno de control, quien es nombrado por el Congreso a propuesta del Ejecutivo, de la toma de decisiones ejecutivas.

Si dicha afectación no fuera suficiente, imagínense que todos los datos personales en posesión del INE quedaran a disposición del Gobierno, tanto de instancias como el SAT, Fiscalía General de la República, Secretaría de la Función Pública, o peor, en manos del partido en el poder, retornando a las épocas de los años 70, donde desde el Gobierno se ejercía la “dictadura perfecta”, de la que hablara Mario Vargas Llosa, pues al tener el Gobierno control del padrón, podría manipular quienes pueden o no votar, e inclusive, retornar a la época cuando los muertos votaban para gusto y disgusto de muchos candidatos.

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