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La semana pasada los dirigentes empresariales Iván Rodríguez Gasque de la Canacome y Santiago Pérez Arjona de IMEF; dejaron de presidir sus respectivas instituciones. En tanto, Jorge Charruf Cáceres, Canacintra; confirmó su relevo al frente del liderazgo de los industriales yucatecos. Muchos gobernantes lo ofrecieron, pero pocos pudieron cumplirlo. Mejorar el Sistema de Transporte Público, tema que se ofrecía a los ciudadanos durante las campañas políticas hacia la alcaldía o la gubernatura finalmente se está haciendo realidad en la actual administración del gobernador Mauricio Vila.

Muchas cosas tuvieron que pasar para que esto sucediera. Primero, convencer a los permisionarios de que la manera de prestar el servicio como lo conocemos ya era una cosa antigua y que obtener ganancias a costa de la gente ya no era posible. El hecho de que los choferes manejen dinero, por ejemplo, ocasionaba un descontrol por parte de los responsables de las rutas, pues por lo general, no había manera de verificar que esos ingresos al camión correspondiera al número de gente que lo llenaba todos los días.

Y esto porque en el sistema como lo conocimos muchos yucatecos las ganancias se obtenían por número de pasajeros que ingresaban a la unidad y no por la cantidad de kilómetros recorrida. Tener pocos o muchos pasajeros en el camión condicionaba la calidad del servicio. Entonces empezaban las carreritas por ganar pasaje y el colapso de las rutas en horas donde la gente necesitaba tomar un autobús, pero como no era pico, pues nomás no pasaban.

Y si el chofer así lo decidía, pues era mejor ignorar a los ancianos y a los estudiantes, porque ese tipo de pasajeros “no dejaba” las ganancias que presuntamente se buscaban. Nunca pensamos ver un cambio sustancial en el Sistema de Transporte Público. A más de dos décadas de inaugurarse el Circuito Metropolitano, ahora, con sus 35 nuevos camiones integrados al sistema de transporte “Va y Ven”; y la puesta en marcha de la ruta Periférico, es muy probable que los yucatecos ya no quieran conformarse con menos; sobre todo los jóvenes que deben planear sus viajes desde una aplicación móvil.

Muy probablemente seguirán los subsidios gubernamentales, sin embargo, también es muy probable que la gente esté dispuesta a pagar un poco más si el servicio es lo suficientemente amable, confiable en el tiempo de pasar a sus horas correctas y, sobre todo, que le permita ahorrar tiempo y, a la larga, recursos que le eviten pagar una plataforma más costosa, comprar una moto o endeudarse con un automóvil.

Muchos trabajadores que deben cruzar grandes distancias, o bien pasar por el Centro de Mérida para llegar a su destino están notando la diferencia. No hay manera ya de retroceder. Como se dijo antes, muchos lo ofrecieron y pocos lo cumplieron.

Patricio Patrón creó nuevas cooperativas de taxistas que acabaron igual o peor que el Frente Único de Trabajadores del Volante. Ivonne Ortega ofreció una reestructuración integral del sistema con una costosa inversión en estudios, e incluso, prometió poner en marcha el famoso “Tren Bala”; pero se quedó en palabras. Finalmente, con Rolando Zapata se anunciaron en varias ocasiones cambios integrales con el Sistema de Transporte Urbano (Situr); que si bien unificó la imagen y destinó unidades nuevas a rutas muy transitadas, finalmente no hubo las mejoras en el servicio como ahora se ven… y se sienten. Al tiempo

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