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Los embates hacia la democracia y la libertad de expresión se pueden escuchar en los discursos agresivos del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, contra la prensa escrita y los intelectuales independientes. Son una señal que nada bueno augura, pues el mandatario sólo aplaude o aprueba a los intelectuales o periodistas cuando hacen señalamiento a las personas del pasado, pero cuando estos mismos periodistas señalan la corrupción que se genera en la 4T, el Presidente no soporta los señalamientos, un ejemplo es el de María Amparo Cazar, quien fue la que investigó la “estafa maestra” y la corrupción que se generó en la construcción del tren maya y la refinería Dos Bocas, o el caso de Anabel Hernández, quien denunciara a Felipe Calderón y Genaro García Luna, pero ahora denuncia la presencia de dinero del crimen organizado en Morena.

La aparición de la Marea Rosa tiene su origen en la manifestación pública que han hecho los intelectuales, periodistas y académicos, que no ven con buenos ojos la actitud de AMLO, quien se irrita, se molesta y descalifica a quien señala públicamente los actos de presunta corrupción en su administración, siendo diferente es el trato que le otorga a los líderes del crimen organizado, específicamente a los del narcotráfico a quienes llama “señores”.

En muchas de las discusiones, AMLO ha perdido la batalla en el terreno intelectual y eso lo irrita mucho, por eso más de 600 intelectuales, académicos y artistas firmaron un Manifiesto en el que se defendía la libertad de expresión, mismo que apareció el 17 de septiembre del 2020, en el texto se decía lo siguiente: “la libertad de expresión está bajo asedio en México y con ello está amenazada la democracia, el presidente López Obrador utiliza un discurso permanente de estigmatización y difamación contra los que llama sus adversarios y al hacerlo agravia a la sociedad, degrada el lenguaje público y rebaja la Tribuna Presidencial de la que debería emanar un discurso tolerante”.

En ese entonces, los intelectuales recordaron que no se debe estigmatizar a las personas físicas o morales desde el poder Presidencial sin ponerlas en riesgo, no se alimenta el rencor desde esa tribuna sin que el hoyo llegue a río alguna vez. Hoy vemos cuántos periodistas y comunicadores han sido asesinados, y otros asesinatos se han visto frustrados.

Al día siguiente del Manifiesto de los intelectuales, AMLO dijo que le pediría a los intelectuales y escritores que simpatizan con su movimiento y que estén a favor de su transformación hagan un desplegado, es la manera como utilizó el Presidente para dar instrucciones a subalternos y seguidores, obviamente, quien encabezó este posicionamiento es un funcionario de Morena, el caricaturista Rafael Barajas, director de la Escuela de Cuadros, quien movilizó al corporativismo intelectual de Morena para firmar a favor del Presidente de la República.

Lo que sí queda muy claro, es que el futuro de la Marea Rosa no dependerá de que, si gana o pierde Morena la Presidencia de la República, este movimiento tendrá como objetivo primordial contener el autoritarismo. AMLO sabe que la Marea Rosa está conformada en su mayoría por ciudadanos que no aprueban la manera en que gobierna, sobre todo, en los temas de seguridad y salud.

En días pasados, cerca de 300 intelectuales firmaron una carta donde señalan que han decidido manifestarnos públicamente debido a que AMLO y su partido pretenden extender la deriva autoritaria al próximo sexenio, lo que significa una grave amenaza para la democracia. Ello implica la continuidad de la corrupción política y una creciente inseguridad, por esas razones hacen un llamado a votar por Xóchitl Gálvez. Entre los firmantes se encuentran: Roger Bartra, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, José Sarukán, José Narro y Ángeles Mastreta.

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