Las variables de un huracán en la región

Freddy Heredia: Las variables de un huracán en la región.

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El calentamiento global genera que, por lo menos, continúe igual el número histórico en la formación de huracanes, siendo que los que se forme tendrán más probabilidades de ser de mayor grado. De la misma manera, si se incrementa la diferencia entre los vientos de la superficie y los de la atmósfera, a los que llamamos esfuerzo cortante, el contraste por la velocidad de los vientos entre los de la superficie y los de la capa de la atmosfera haría más difícil que se forme un huracán, según precisó el doctor Christian Appendini, del Instituto de Ingeniería de la UNAM-Sisal.

Para la formación de un huracán tiene que haber agua marina caliente, entre los 26 a 28 grados, no sólo en la capa de arriba, pues entre mas grande y profunda sea esa capa, más energía habrá para que un fenómeno meteorológico surja, pero si la capa de agua caliente es pequeña y poco profunda, puede formarse un huracán con poca posibilidad de mantenerse activo. Entre más humedad en la atmósfera, es más fácil se genere un huracán.

Igualmente, debe considerarse que la variable del esfuerzo cortante es la diferencia entre la velocidad de los vientos cerca de la de la superficie en el mar. Los vientos de arriba y los de abajo tienen que estar iguales para la formación de un evento meteorológico, si los vientos van más fuertes o con dirección contraria a los que de abajo se destruye el sistema y no se puede formar un ciclón, por eso cuando se hace un pronóstico puede llegar a fallar en la intensidad, aunque los modelos suelen diagnosticar las trayectorias bastante bien.

Se sabe que cuando el fenómeno de “El Niño” está presente, las aguas en el Pacífico suelen estar más calientes, lo que da mayor posibilidad a la formación de ciclones, sin embargo, el esfuerzo cortante en la atmósfera en el Atlántico cuando hay fenómeno de “El Niño” reduce la posibilidad de huracanes, pero son situaciones cambiantes.

Los pronósticos estacionales se basan mucho en esa variabilidad climática, ahora estamos en un año con el fenómeno de “La Niña”, por lo que el esfuerzo constante en el Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe es menor, eso propicia la formación de huracanes.

Ahora, por el calentamiento global tenemos agua más caliente, con más energía disponible para los huracanes. Cuando existe presencia de agua fría (termoclina) y una capa de agua caliente, al pasar un huracán se revuelve el agua del fondo, lo que hace que se mezclen las temperaturas y pierda fuerza el fenómeno; pero si el huracán permanece ahí y el agua fría está muy profunda, el ciclón absorbe agua caliente y se intensifica, es decir, si no se mezcla con el agua fría podemos presenciar un huracán categoría cinco. Con el calentamiento global esa termoclina se va haciendo todavía más abajo.

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