Raúl Paz: entre la traición y la decepción política
Gínder Peraza Kumán: Raúl Paz: entre la traición y la decepción política.
“Hay demasiado trabajo aquí en el Congreso para distraernos en temas ajenos”, afirmó el coordinador de la bancada del PAN, Víctor Hugo Lozano Poveda, ante los reporteros que querían su opinión acerca de la conducta del legislador federal Raúl Paz Alonso, quien alborotó el panal al anunciar que deja las filas del panismo para saltar a los brazos de sus homólogos de Morena y sus aliados. De traidor para abajo lo calificaron los ciudadanos comunes, igual que los colegas blanquiazules con los cuales trabajó durante años.
Lozano Poveda se resistía a reconocer que la salida de Paz Alonso podría perjudicar a Acción Nacional. Sin embargo, cayó en aparente contradicción al expresar: “Creo que al PAN le afecta si no trabajamos los diputados, si el Gobernador no hace bien su labor, si el Alcalde de Mérida y otros emanados de Acción Nacional no cumplen la expectativa y no generan la confianza suficiente para que la gente siga creyendo en nosotros. Eso sí afecta”.
A partir de esa declaración todo quedó sobreentendido. Pero hay que explicarnos: primero hay que recordar que hace muchos años el PAN tenía un sistema de instrucción de sus militantes más riguroso que los de los demás partidos. Los directivos de comités municipales y estatal no estaban de adorno (como al parecer lo están ahora y hasta imitan procesos del PRI, como los de selección de candidatos, en los que gana quien ofrece más dinero a los “seleccionadores”), sino que, trabajando sin sueldo, les correspondía educar a potenciales dirigentes con las virtudes y habilidades que se necesitan para practicar la política según la visión original del PAN.
Los problemas (graves) dentro de su partido y en su familia empezaron para Paz luego de que fue exhibido como asistente a una fiesta, junto con personas de otros partidos, y aunque la foto en que él aparecía en el festejo lo mostraba solo, se corrió la voz de que estaba con una mujer apodada “Montana”. Hace unas semanas algunos dijeron que andaba con otra dama, aunque esta vez en una relación formal, inclusive ya casado con ella, luego de que se divorció de Cecilia Patrón Laviada, hermana del exgobernador Patricio y quien nunca ha ocultado sus deseos de alcanzar también la jefatura del Poder Ejecutivo yucateco. Su esposo Raúl también alguna vez mencionó ese anhelo personal, que algunos de sus correligionarios consideraban factible.
¿Ve usted por qué decíamos que Lozano Poveda no acierta al afirmar que el caso de Raúl Paz le corresponde sólo a Morena y el PAN no tiene por qué preocuparse? El desencanto, la decepción de Paz Alonso no es fruto de la casualidad, sino consecuencia del descuido en que los directivos tienen a sus militantes, a quienes deben recordarles siempre que un político debe ser ejemplo de hombre recto, no paradigma del mexicano corrupto, mentiroso, manipulador y soberbio como lo son tantos hoy en día.