¿Llegarán sus medicamentos? Cuestión de fe
Gínder Peraza Kumán: ¿Llegarán sus medicamentos? Cuestión de fe.
Dice el título principal de Novedades Yucatán del reciente sábado 31, con letras grandes como para que todos se enteren: “Faltan a hospitales uno de 4 fármacos”, y en la nota se detalla que no llegan a las unidades clínicas 141 millones 416 mil 213 unidades –o cajas, o blísteres o frascos–, que corresponden a 1,874 claves (fórmulas para combatir determinados males).
Si a usted le preguntan si esas cifras son suficientemente grandes para ser importantes, quizá diría lo mismo que su servidor expresó en su Unidad Médica Familiar del IMSS: de todos los medicamentos que pueden llegar a este centro de atención, para mí los más importantes son los que me recetó el médico de la misma UMF, con apoyo de un especialista.
En mi anterior consulta tuve la suerte de que sólo me faltó un medicamento que no había en la farmacia de la institución. Así que me devolvieron una hoja de las recetas con el sello de “pendiente”, y me recomendaron estar vigilante de cuándo llega. Dos días antes de mi siguiente consulta mensual acudo a farmacia para preguntar sobre mi medicamento, y la respuesta es negativa.
Los jóvenes que atienden en la farmacia de mi UMF son en general amables y eficientes, excepto uno o dos, que son de aquéllos que siguen sin darse cuenta de que hace ya mucho que cumplieron 15 años. Cuando a su ventanilla llega un pobre mortal, parecería que éste lleva cabezota de botarga o de piñata, lo que hace que piensen que tienen derecho a tratarlo mal.
Para algo sirve el boticario de tercera, que le recomienda al paciente que pregunte, en la unidad de servicios sociales que está un poco más adelante, sobre la medicina que no ha llegado. Las señoritas de esta unidad están exquisitamente capacitadas para mandar al diablo al que venga con ganas de reclamar. “Sí, mire, no ha llegado; tiene que subir a Contabilidad del segundo piso para reportarlo, a ver qué pueden hacer ellos”.
Y ahí va renqueando el Paciente (a propósito con mayúscula), a ver qué pueden hacer por él en Contabilidad. ¡Y vaya sorpresa! Un funcionario de ésos que uno cree que ya no hay, o es que éste acaba de llegar de Marte, deja su oficina para atender al paciente, quien pregunta, entre otras cosas, “y usted contador, ¿cree que no hay ese medicamento de veras, o es que se lo llevan a otros estados, sin separar lo que nos toca?”.
El joven funcionario explica que simplemente el Gobierno no ha podido importar del extranjero varias claves o fórmulas, pero para febrero o marzo ya debe estar regularizada esta situación. Y adelanta que si en su próxima consulta el derechohabiente no recibe algún medicamento, él lo canalizará al servicio de reembolso.
Pues esto es México, nomás que ahora nos atendieron bien y nos dieron la esperanza de que quizás algún día el IMSS será nuestro orgullo. Ya lo es, pero ciertamente le falta. ¿A usted cómo le ha ido en los servicios públicos de salud?