El crimen, listo para soltar dinero

Gínder Peraza Kumán: El crimen, listo para soltar dinero.

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Conforme nos adentramos en el año 2023, la tensión política va apareciendo, se recrudece y alcanzará su máximo el día de las elecciones, que será el domingo 4 de junio. Sabemos todavía poco de los aspirantes a los máximos puestos en disputa, que son las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, y sabemos menos de quienes buscarán presidencias municipales y diputaciones estatales.

Las estrategias apenas se están perfilando, y los diputados de todos los signos continúan rendidos en sus sueños de ser los impulsores primarios y universales de las actividades económicas básicas, como son las propias del campo, las agropecuarias (en un sector que siempre ha sido víctima preferida de los aprovechados, de los listillos que ya saben cómo se brinca de una rama a otra, de un partido a otro).

El financiamiento político es el insumo más caro de los procesos electorales. Bueno, es más caro que incluso lo que cuesta mantener los salarios jugosos y otros no tanto –pero todos siempre altos– que cobran los funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE) en todo el país.

En este punto, insistimos en nuestro señalamiento de que ya van por lo menos tres trienios o dos sexenios en los que los integrantes del crimen organizado se inmiscuyen en el proceso electoral. Conocedores de cómo ha subido el precio de las credenciales para votar, han aumentado también su apuesta para cooptar a los candidatos a alcaldes. “Si quieres hacer campaña, nosotros te financiamos; tenemos un millón de pesos para ti, con eso te debe dar para ganar”, le dicen a quien se sueña como amo y señor de su municipio.

La tentación es grande, el dinero está disponible y según los criminales “tú, candidato, lo único que tienes que hacer es hacer nada; déjanos trabajar y dedícate a lo tuyo”.

“¿Y por qué no agarras el dinero papá?”, le preguntan sus hijos, que también se sueñan como hijos del alcalde, con el trato deferente que eso significa. “Pues precisamente no lo agarro porque quiero que ustedes vivan con tranquilidad, no amenazados por esos criminales”, explica.

Recordamos cuando nos tocó estar en Benito Juárez, nombre oficial del municipio de Cancún, cuando mataron a las dos primeras personas locales involucradas en el codiciado mundo del narcomenudeo. Cancún primero, y la Riviera Maya después, cayeron en las garras de la industria de las drogas, y ya nunca más pudieron liberarse. “Si trabajas para el cártel de la zona, ya no te faltará dinero para nada. Pero grábate en la memoria que no volverás a ser tu propio dueño: tu jefe te va a decir que vivirás para hacer lo que él te diga. Eso o cuello”.

“Con las drogas no se juega, amigo, y menos vas a poder jugar con los jefes del narco en la zona”, advierte el reclutador del narco, en un tono que parece ser el de quien ya se cree dueño de tu vida. Y pues no, tú todavía quieres ser el que manda en su propia vida

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