Que campee al fin la verdad en el Isstey

Gínder Peraza Kumán: Que campee al fin la verdad en el Isstey.

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Nuestro mayor deseo es que lo que parece una buena noticia sea de verdad una buena noticia. Y ciertamente nos referimos al anuncio que en días pasados dio NOVEDADES YUCATÁN, al hacerse eco de las declaraciones que hizo la directora del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (Isstey), María Isabel Rodríguez Heredia.

Sabemos que decenas de trabajadores jubilados de esa institución han vivido un verdadero vía crucis desde hace años porque no pueden acceder a la jubilación que por ley y por su trabajo y perseverancia tienen derecho. Hay incluso algunos casos extremos, como el de un estimado amigo al que declararon difunto, sin que hasta ahora sepa si lo hicieron por maldad, como una broma o qué.

Asumiendo una actitud positiva, todos los afectados han tenido la paciencia de esperar algo concreto que les permita mejorar o alcanzar el nivel de vida que merecen y se han ganado. El problema principal es que a lo largo de los años siempre les han mentido, unas veces diciéndoles que pronto llegarán los pagos, y otras veces que ya busquen alguna otra salida, porque el instituto no tiene recursos para cubrir sus pensiones. Duro ha sido el trato, por decir lo menos.

Pero lo más importante que debe corregirse no es que ya les paguen a todos esos pensionados, sino que la institución, que no es dependencia pero depende de la administración estatal, asuma igualmente que todo el universo administrativo local tiene la obligación legal y moral de conducirse con verdad, pues nada ni nadie la autoriza a mentir, a inventar soluciones supuestamente ya aplicadas pero que en verdad siguen siendo propósitos nada más.

Quizá pueda parecer exagerado, pero tenemos que reafirmar de manera contundente que un valor que puede darle al instituto estatal la confianza de todos los mexicanos (en realidad sólo necesita la de los yucatecos) es conducirse siempre con verdad, decir la verdad, hablar con la verdad e informar con ella y nada más. Así como se jura ante un juez decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, así debe conducirse todo aquél que maneje así sea un solo peso destinado el servicio de los ciudadanos.

La verdad nos hará libres no solamente es una buena frase: es una exhortación a evitar problemas, no dárselos a los demás, y debe ser sobre todo el máximo valor que norme la conducta, la vida y las relaciones de todos y cada uno de los mexicanos y mexicanas que tienen la suerte de estar al servicio de sus compatriotas.

En las últimas líneas de este artículo aprovecharemos para echarle porras a todos los inversionistas que han aguantado años, guardando seguramente sus ahorros en espera de que al fin el presidente Andrés López diga que sí y les permita continuar o empezar los más de 10 proyectos de complejos de producción de energía eólica y fotovoltaica pendientes en Yucatán.

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