Lo que bien se aprende, nunca se olvida
Héctor López Ceballos: Lo que bien se aprende, nunca se olvida.
El último fin de semana de julio se llevaron a cabo las elecciones internas de Morena en todo el país. El propósito fue elegir a los consejeros que renovarán las dirigencias del partido, incluyendo la de Morena Yucatán, de cara a las elecciones del 2024.
Hay varias cosas interesantes a resaltar. En primer lugar, es de reconocerse la amplísima participación que tuvieron los militantes de Morena en el país (aunque este dato es ambiguo), pues se calcula que fueron más de dos millones de ciudadanos los que acudieron a las urnas. Ojo, estamos hablando de unas elecciones internas, no de comicios federales o locales. Ese nada despreciable número de personas acudieron a elegir consejeros de un partido político. No se recuerda un partido contemporáneo que haya logrado tal cosa; ahí podemos ver el músculo de Morena y el apoyo popular que aún conserva.
Por otro lado, es evidente que el proceso estuvo plagado de irregularidades. Por ejemplo, hay acarreo documentado en decenas de distritos a lo largo y ancho del país, por los que se llevaba a la gente a votar por quién sabe quién. Circulan evidencias de personas que no conocen a los candidatos y sólo copian los nombres que vienen en los papelitos que les dieron. Acarreo y consigna, dos cosas que el propio AMLO ha criticado en su carrera política. También se ha señalado compra de votos, amenaza de retiro de programas sociales y “gratificaciones” en especie. A lo anterior se suma el embarazo de urnas, la quema de las mismas y el influyentismo. Por cierto, también hay acusaciones de que “se bloqueó” a los morenos fundadores para dar prioridad a los recién conversos, quienes hasta antes de su bautizo guinda eran considerados miembros de la mafia del poder.
Algo muy interesante es que en todas las casillas del país se permitían las afiliaciones exprés. Verá usted, las elecciones internas están destinadas a la militancia, pero eso no fue mayor problema para los candidatos morenistas y sus simpatizantes: justo antes de pasar a la urna uno podía afiliarse al partido y listo, tenga su boleta. Por supuesto que esta conducta propicia otras prácticas como el acarreo y la compra de voluntades.
Claro, en la liturgia matutina que se celebra todos los días se dijo que era mentira, que fueron pocos los incidentes que se presentaron, incluso ante la evidencia que inunda las redes. Da para una profunda reflexión que el partido que pretende desaparecer al INE vea estas criticables conductas como algo normal.
¡Pero los de antes también lo hacían y peor! Por supuesto, nada nuevo bajo el sol, y eso es lo que tanto trabajo les cuesta a algunos aceptar.
Pero “haiga sido como haiga sido”, ahora vendrán los movimientos interesantes rumbo al 2024. ¿En manos de quién quedarán las candidaturas del país y específicamente de Yucatán? ¿Qué grupo fue el ganón que intentará quitarle la gubernatura al blanquiazul en nuestro estado?
Ojalá este proceso pudiese servir para que la ciudadanía (no los políticos que mueven, para ellos no importa) sea más autocrítica y objetiva con su filiación partidista y el actuar de sus dirigencias. Lo veo improbable.