De persona física a moral
Héctor López Ceballos: De persona física a moral.
Pasar de persona física con actividad empresarial puede resultar un tema más complejo de lo que debería si no se tiene una asesoría adecuada. Sin embargo, con la ayuda de abogados y contadores es posible formalizar una sociedad y alcanzar las metas económicas que los socios se ponen.
Actualmente, son tres los tipos de sociedades mercantiles las que dominan el comercio: la Sociedad Anónima (SA), la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), y la Sociedad por Acciones Simplificada (SAS). La novedad de la SAS es que puede integrarse, a diferencia de las otras dos, con una sola persona. Además, su integración puede realizarse a través de internet y sin la intervención de un notario, lo que economiza mucho su arranque y permite a los socios adquirir formalidad sin descapitalizarse. Si bien tiene estas ventajas económicas, la SAS puede presentar dificultades a la hora de abrir una cuenta en cualquier institución bancaria, a la par de que tiene un límite de facturación que no puede exceder. En todo caso, si estamos ante una SAS de un socio sería mejor optar primero por un régimen de Persona Física con Actividad Empresarial y, de ser estrictamente necesario, migrar a una Sociedad.
Para el caso de las SA y SRL el trámite es distinto, ya que se necesita la intervención de un fedatario y el capital de arranque suele ser mucho mayor, por lo que solemos estar ante emprendedores que ya buscan dar el salto a una estructura más compleja que les permita crecer, consolidarse, y proteger su patrimonio personal. Y es que las Sociedades tienen lo que en el argot jurídico y empresarial se conoce como velo corporativo, una diferenciación entre la actividad de la persona moral y el socio, quien generalmente sólo está obligado a responder por los compromisos de la Sociedad cuando esta ya no tenga capacidad de pago alguna, y aquél sólo responderá hasta por el máximo de sus aportaciones o acciones suscritas, lo que asegura sus bienes personales frente a terceros.
Una persona moral, además, da mayor confianza a otros actores económicos que la simple persona física: es polémico, pero las instituciones bancarias y otras empresas aprecian más cuando tratan con estructuras más formales y consolidadas que con una persona, aunque esta sea muy reconocida en su campo.
Con una buena asesoría corporativa y contable, pasar de persona física a persona moral será sencillo y seguro. Una vez que elija el tipo de Sociedad que quiere formar y se confeccionen los estatutos sociales a su medida, lo demás se irá dando de forma favorable para que empiece a operar su nueva empresa cuanto antes. Ya sea que prefiera una estructura más cerrada y controlada como la SRL, o una empresa más abierta a la inversión por parte de terceros y con acciones comercializables, transitar de persona física a moral es un gran paso que puede abrirle muchas puertas si lo hace en el momento adecuado.