Este problema ha sido tratado en gobiernos pasados. Los intentos han sido en vano, porque el daño está latente, afectando de manera permanente a la población. Por ejemplo, la Ciudad de México, tristemente es una de las ciudades con un acelerado índice de contaminación, muy angustiante, porque están expuestos a contraer enfermedades como sordera, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, ceguera, diabetes, cáncer, entre otras, así como las reacciones emocionales que también reciben el influjo negativo de los contaminantes.

Se rumora que la contaminación proveniente de las substancias tóxicas de las fábricas enclavadas en las zonas urbanas; el aire envenenado producido por los motores de automóviles y camiones de carga en mal estado; los basureros dispersos por toda la ciudad y los ríos convertidos en receptáculos de desperdicios, constituyen un peligro constante para todos los capitalinos.

La comunidad tiene reproches para las autoridades respectivas, porque, a pesar de los estudios elaborados por especialistas, estos se quedan en el escritorio del funcionario saliente y el entrante lo echa por tierra para pararse el cuello y formular nuevos que al fin y al cabo solo queda en eso: programas y más programas.

Este tema es de trascendencia, ya que se relaciona directamente con algo que deba interesar a todo: la salud, la vida misma, la sobrevivencia. Se informa que el ruido producido por los aviones a propulsión es criminal, muchos aeropuertos tienen la obligación de vigilar que los jets no utilicen toda su potencia durante ciertas fases del despegue y que sigan determinadas rutas de vuelo a fin de que no pasen por zonas de gran densidad demográfica. Todos los colonos que viven cerca del campo aéreo se cansan de formular peticiones a la autoridad respectiva para que se tomen las medidas necesarias, pues se ha dado el caso de que han cerrado algunas escuelas que tienen la mala fortuna de estar ubicadas cerca del pavoroso ruido.

El ruido se mide en decibeles y los que rebasan los 90, pueden ocasionar como ya dijimos sordera permanente; incluso los que se encuentran en un ambiente ruidoso están más propensos a la conducta agresiva, a limitar su campo de atención y su presión arterial es más alta.

Confiemos en que el presente régimen actúe con energía, efectividad, porque es urgente limpiar el ambiente. De otro modo continuarán en número insospechado las defunciones por esta causa.