La difícil tarea de obtener una presea olímpica
Hortensia Rivera Baños: La difícil tarea de obtener una presea olímpica.
Buscar una presea olímpica, va más allá de sentarse en un sillón a mirar las competencias deportivas, deglutir alimentos y eructar quejas si no hay medallas. Pongamos un escenario: 3 de la mañana hora del centro de México, me levanto de la cama, fiel a la encomienda de seguir y apoyar a mi país en las olimpiadas de parís 2024, es verdad que dormí poco, pero, ¿qué más da?, recuperaré las horas perdidas de sueño.
Al otro lado, en el viejo continente, el reloj, terco en su quehacer del tiempo, repiquetea en París a las 11 de la mañana. Allá un deportista mexicano ha tenido que pasar por infinidad de retos que su disciplina deportiva le demanda. Sumado a la dedicación, y a la pasión por su deporte, se ha chocado de frente con la mala administración de una ex medallista olímpica que vivió en carne propia los sacrificios, las horas de desvelos, las demandas físicas en los entrenamientos y todo lo que conlleva ser una deportista de alto rendimiento. No es un secreto que los deportistas que viajaron han tenido que “botear” y buscar de muchas maneras el sustento económico que les permita viajar y cumplir su sueño. Si, no hay apoyo para estos jóvenes mexicanos de la institución que lidera la ex medallista olímpica Ana Gabriela Guevara, que se olvidó de esa época maravillosa que la hizo correr cual gacela y colgarse una medalla de plata, en la justa veraniega de Atenas 2004.
Lo tenemos en claro desde hace años, porque los deportistas han alzado la voz y han evidenciado la falta de apoyo de la Conade. Y, a pesar de todo, el escenario sigue puesto para boxeadores, gimnastas, clavadistas, deportes como el Bádminton que por primera vez un mexicano representa con esfuerzo y mucho dinero sacado de su bolsillo para poder asistir a esta justa olímpica. Canotaje, Tiro con Arco, Taekwondo, Nado Sincronizado, Atletismo, Judo, Maratón, Golf, Pentatlón Moderno, Ciclismo, Natación Artística, conforman la delegación mexicana que nos representó en París. Sí, con brío y entusiasmo los resultados se han dejado venir, también las medallas y, tristemente las críticas en redes sociales, de gente que piensa que ser un deportista de alto rendimiento es ser un arlequín televisivo que los debe entretener mientras reposan en su mullido sillón deleitándose con la crítica y juzgando al talento mexicano que no logra un lugar en el podio olímpico.
Las horas de entrenamientos que los alejan de sus familiares y amigos, las dietas estrictas, los períodos de ocio no existen, la soledad como un elemento adicional en sus horas de entrenamiento, muchas veces son los detonantes para el quiebre emocional de muchos deportistas, en fin, es larga la lista de sacrificios de estos admirables competidores. Dejemos pues a un lado las críticas y los juicios. Nosotros simplemente tenemos que encender el televisor y verlos competir, ellos desde muy pequeños han sacrificado mucho por un momento de gloria olímpica. Seamos pues el empático apoyo de estos admirables deportistas, que con sudor ceñido en la pasión ponen en alto el nombre de México en el mundo.