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Catalina Stubbe es directora de alcance de la Organización “Momsfor Liberty” (Madres por la libertad) y en días recientes presentó en Dallas, Texas, en Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC ) información suficiente para denunciar el abuso infantil que se comete en Estados Unidos y Latinoamérica, so pretexto de la educación sexual integral para menores de edad que promueve la Organización Mundial de la Salud y sus agencias afines.

En su stand, los asistentes podían mirar los libros que se reparten en las escuelas primarias, con contenido explícito y perturbador sobre sexo y otras cuestiones de la psicología que los pequeños no alcanzan a comprender, pero que interiorizan y normalizan, aunque nada de ello sea apto para su edad y desarrollo psicoemocional.

Sin que sea casualidad, en España, concretamente en Barcelona, en Vilassar de Mar, los padres de familia han interpuesto denuncias contra la concejala de Juventud, quien desde el Ayuntamiento promovió actividades para menores de 11 a 15 años, con pruebas de competencia sobre educación sexual, sin informar sobre el contenido que abordarían; con sobrada razón, los padres se sintieron indignados cuando sus hijos les dijeron que entre las actividades que tenían que hacer estaba recrear posiciones del Kamasutra con globos para reventar, modelar con plastilina genitales, colocar preservativos con la boca y lamer plátanos cubiertos de miel y nata.

A todas luces estas acciones violentan a los niños y adolescentes. Enseñarles “pornografía velada” viola su inocencia, promueve y adelanta el ejercicio de la sexualidad y pretende normalizar otras anomalías psicosexuales.

Nos resulta totalmente incongruente que los gobiernos busquen hacer frente al embarazo adolescente y a las infecciones de transmisión sexual cuando por otro lado animan a los jóvenes erotizándoles para que la práctica de las relaciones sexuales se normalice sin consecuencias, como un derecho, pero prácticamente sin obligaciones, pues ofrecen el aborto como solución sin mayor problemática.

México no es la excepción, la senadora Olga Sánchez Cordero cada vez que puede insiste en que la educación sexual en el país debe cambiar y homologarse a la educación sexual integral que la OMS promueve, con lo cual se violaría el derecho de los padres a elegir la educación de los hijos, de oponerse al adoctrinamiento que la ideología de género nos ha estado imponiendo en las distintas esferas públicas del país. Los contenidos de educación sexual que esta ideología promueve no se sustentan en la ciencia, en la biología, en primer lugar, ni respetan la dignidad humana, se basan tan sólo en las percepciones del individuo.

Hay que mirar con ojos más cautelosos lo que pretende la Agenda 2030 de la ONU en materia de educación, no caigamos en el falso discurso de los derechos humanos que manipula las conciencias de la opinión pública, al final quieren limitar la patria potestad de los padres o tutores.

En esta guerra por la mente de nuestros niños, los padres de familia no podemos claudicar; es en casa, con la formación que les demos a nuestros hijos, donde los podemos salvar de esta hipersexualización y adoctrinamiento de que los quieren hacer presas.

En México contamos con una organización a nivel nacional trabajando por ello, la Unión Nacional de Padres de Familia (https://unpf.org.mx/) que constantemente alza la voz y denuncia las atrocidades que se quieren cometer bajo la falsa bandera de la educación sexual integral. Hay que estar muy atentos.

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