E l 6 de enero terminó el período de registro de firmas de apoyo para los candidatos independientes, quienes tenían que cumplir con conseguir, según el puesto al que deseaban aspirar, un determinado porcentaje del padrón nominal electoral. Para el caso de la Presidencia de la República tenían que conseguir el 1% de apoyo en los distintos estados (aproximadamente un millón de firmas) y debían ser recopiladas a través de la aplicación del Instituto Nacional Electoral (INE) llamada “Apoyo Ciudadano”.

Este ejercicio dejó al descubierto que ninguna persona puede llegar lejos en sus aspiraciones políticas sin el cobijo de un partido, por ello denunciamos la partidocracia que prevalece en México, dado que es sistemático el abuso de poder de los partidos políticos vigentes en nuestra República.

Los partidos y sus dirigentes tienen a su favor el poder, los recursos, la infraestructura y los beneficios que todo ello les aporta; en tanto, para los políticos independientes que no se sienten representados por ninguno de los partidos existentes, todas las trabas para no alcanzar sus pretensiones.

Muchos ciudadanos participamos, sin recibir ningún peso a cambio, como voluntarios para apoyar en la consecución de firmas de uno de los candidatos independientes y ello nos permitió experimentar de primera mano que nuestro sistema no está hecho para satisfacer las demandas de un buen número de votantes registrados ante la autoridad electoral y que ya no confían en los partidos.

Para muchas personas resulta completamente incongruente la pasarela de “chapulines” que van brincando de partido en partido buscando sus propios intereses; adiós a las convicciones de los principios fundacionales de los distintos partidos, es inaudito que se estén aliando partidos antagónicos cuyos principios siempre han sido opuestos; es alarmante cómo se han creado partidos satélites para ir sumándose a las propuestas de los más grandes formando bloques en las distintas cámaras y “sangrando” al erario para mantener sus estructuras. En resumen, ya no hay opciones verdaderas para estos votantes, lo que nuestra “democracia” ofrece deja mucho que desear.

Los independientes no llegarán nunca al poder, no por la falta de apoyo de los ciudadanos, sino por lo mal diseñado del sistema, que además resulta ser discriminatorio:

1. Sólo podían ser auxiliares quienes portaran un determinado equipo celular, nada baratopor cierto (Android o IPhone)

2. El registro en papel como se hacía anteriormente no fue permitido, ni siquiera ante las denuncias de la discriminación económica a los que querían ser auxiliares.

3. La aplicación “Apoyo Ciudadano” fallaba muchísimo, su diseño obligaba a los auxiliares a aportar sus datos móviles de internet, ya que las redes de WiFi no están accesibles en los municipios y comisarias en donde se pretendía conseguir firmas de apoyo.

4. Escanear la credencial tipo “D” en IPhone fue imposible en muchísimos casos, con lo cual muchas firmas quedaron fuera; así también cuando se tomaba la fotografía en los equipos Android y no se conseguía continuar al siguiente paso.

5. El espacio para la firma era sumamente pequeño, por lo que el INE invalidó gran número de apoyos, ya que la firma “no se parece” a la que se registró en la credencial.

6. Se denuncio públicamente que la aplicación no funcionaba correctamente y el INE no atendió las denuncias para mejorar la aplicación.

A pesar de todo ello, no perdemos la esperanza de conseguir como ciudadanía una representación auténtica y verdadera, aunque ello no suceda en 2024.