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Cómo afrontar y superar las adversidades es algo que a todos nos interesa saber, y la resiliencia nos ayuda mucho para conseguirlo.

La palabra resiliencia es propia de la física y se refiere a la capacidad que tiene la materia de recobrar su forma original después de haber sido sometida a altas presiones.

Trasladando esta propiedad a las personas, podemos decir que es la capacidad de hacer frente a los problemas que se nos presentan en la vida, transformando el dolor en una fuerza que nos inspira a la superación, para salir no sólo fortalecidos, sino también dueños de nuestro destino.

Dicho de otra forma, son personas que siendo vulnerables ante lo adverso tienen la capacidad de resiliencia para lograr resistir lo que les sucede y utilizan sus experiencias para construir nuevas estrategias que les permiten superar cualquier cosa que se les presente, aun en los peores escenarios.

Para que una persona pueda ser resiliente necesita prestar atención a los factores de protección y de riesgo, ya que hay características positivas y negativas que nos pueden ayudar a mantener un estado mental saludable, condición indispensable para afrontar problemas.

Los factores de protección con los que contamos son, en primer lugar, una autoestima sana, vivir valores familiares que fomenten la salud integral de los miembros, integración, comunicación y apoyo familiar, así como influencia positiva del círculo de amistades.

Por el contrario, podemos identificar como factores de riesgo no contar con la presencia de figuras paterna y materna, carecer de supervisión, atención y escucha de los padres, escasez de límites, reglas o disciplina; una comunicación familiar deficiente; tener confusión de valores o vivir bajo violencia familiar.

Una persona resiliente tiene la característica de construir redes de apoyo, tiene capacidad de relacionarse, posee habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas, de balancear la propia necesidad de afecto, con la actitud de brindarse a otros; sabe que las redes de apoyo no son las que se construyen en el mundo virtual, sino aquellas en donde puede identificar con nombre y apellido a quién acudir y con quién cuenta en caso de problemas, sea dentro de su familia o con los amigos.

La persona resiliente posee un autoconocimiento tal que le permite tomar buenas decisiones, ya que analiza las diversas opciones que se tienen para solucionar algún conflicto, y así elegir aquella que le permita obtener un mejor resultado, haciéndose responsable de afrontar las consecuencias propias de sus disposiciones.

Otra gran característica de la persona resiliente es que sabe pedir ayuda con humildad, sabe que no sabe todo, y por ello busca gente con los conocimientos suficientes para que le apoye en sus problemas. Tiene la capacidad de introspección, de analizar sus propios sentimientos y pensamientos objetivamente, preguntarse a sí mismo y darse una respuesta honesta.

La resiliencia no es una capacidad con la que se nace, es una conquista, cualquier persona que lo desee puede conseguir salir adelante en medio de las adversidades al tener conciencia de esta maravillosa herramienta.

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