La 68ª. Cumbre de la Mujer en la ONU

Ivette Laviada: La 68ª. Cumbre de la Mujer en la ONU.

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Durante el mes de la mujer, en la ONU se realiza cada año la sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), que se está llevando a cabo desde la semana pasada y hasta el próximo día 22.

Este escaparate es muy importante para la sociedad civil, ya que a esta sesión acuden miles de organizaciones que en los distintos países abordan temas prioritarios para apoyar a mujeres y niñas alrededor del mundo y con la esperanza de que los Estados parte los escuchen y atiendan sus necesidades.

El tema elegido por la ONU en esta ocasión es “Acelerar el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando la pobreza y fortaleciendo las instituciones y la financiación con una perspectiva de género”. Para lograr estos objetivos el orden del día trazado es discutir las mejores prácticas y políticas para abordar la brecha de género en la pobreza y sacar tanto a hombres y mujeres de la misma y fomentar un desarrollo económico justo y sostenible para las naciones, toda vez que los datos más recientes muestran que el 10.3% de las mujeres en el mundo viven en extrema pobreza y son más pobres que los varones.

En esta segunda semana, la Comisión acordará una serie de acciones y recomendaciones que servirán como el plan para mejorar la vida de mujeres y niñas potenciando su liderazgo, reduciendo su condición de pobreza y mejorando sus ingresos.

Existe la conciencia de que las mujeres siguen enfrentando cargas desproporcionadas, prejuicios de género y discriminación sistémica que obstaculizan su autonomía, se les niegan oportunidades y se les obstruyen sus derechos humanos fundamentales, por lo que esta sesión es un momento clave para evaluar los desafíos que están frenando su progreso.

La nota más apremiante es la pobreza, ya que aumenta el riesgo de violencia contra el sexo femenino, limita las posibilidades de educación y empleo, así como el acceso a la atención médica y la inclusión financiera.

Los diversos eventos paralelos ofrecidos son muy reveladores, ya que organizaciones de distintos países gestionan su participación con varios meses de antelación para hacer oír su voz, y en esta ocasión el continente africano ha liderado muchos de ellos con temas tan importantes como: cómo acceder a financiamiento para acciones colectivas de mujeres que permitan un acceso justo a la economía; cómo llevar más programas de emprendimiento a mujeres dueñas de micro empresas para darles herramientas que les permitan mejorar sus negocio; también se pide mayor inversión para prevenir la violencia contra mujeres y niñas.

Países de Asia se suman también a diseñar programas de empoderamiento para mujeres emprendedoras. Otros más del medio oriente piden el apoyo para salir de sus crisis humanitarias por guerras; o cómo conseguir la independencia económica de las mujeres. En el Caribe, Haití pide ayuda por la cantidad enorme de desplazados cuya mayoría son mujeres y niños.

Y por increíble que parezca América percibe que para terminar con la pobreza es necesario acceder al aborto universal como un derecho y promover la ideología transgénero abogando por el uso de bloqueadores de la pubertad y cirugías de cambio de género para jóvenes.

En la próxima entrega sabremos cómo terminaron las negociaciones de los países y podremos decir cuáles fueron las conclusiones a las que llegaron.

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