Al fin en vacaciones de verano, luego del susto del huracán… ¿Estamos aprovechando bien nuestro tiempo libre?

Durante todo el año escolar nuestros hijos esperan con ansias las vacaciones de fin de curso, ese tiempo precioso para ellos que se alejan de los deberes escolares para dedicar el tiempo a divertirse sanamente, sin tantas obligaciones, y digo para ellos, ya que en la mayoría de los hogares papá y mamá siguen llenos de actividades y deberes que les impiden sentirse como sus hijos: de vacaciones.

Sin embargo, el hecho de no tener que llevarlos a la escuela o ver que cumplan con sus tareas, en cierto modo nos trae unas horas extra al día.

¿Qué hacer?, ¿cómo disfrutar ese tiempo?, ¿cómo conseguir ese anhelado descanso en familia y con los amigos?

Es necesario conocernos bien, saber cuánto tiempo necesitamos para reposar y conocer también qué actividades culturales o deportivas nos relajan realmente, reconocer que los medios de comunicación como el cine, la televisión, la música o los espectáculos artísticos son un excelente medio de transmisión y expresión de cultura que muchas veces nos dan felicidad, salud y descanso, pero que definitivamente no son un fin en sí mismos.

La diversión no es el último fin del ser humano, pero es necesario para el equilibrio mental y emocional del mismo; es saber colocarnos en el justo medio, ni rebosarnos de superficialidad ni ser tan aburridos.

A la hora de distribuir nuestro tiempo, generalmente tenemos sentimientos encontrados, queremos hacer todo aquello que hemos ido dejando: voy a hacer limpieza de armarios, colocar en álbumes las fotos de familia o al menos tener tiempo para ordenarlas si las tenemos en los dispositivos, cocinar esa receta especial, ir a visitar a la tía enferma, conocer a la sobrina que acaba de nacer, leer ese libro que me recomendaron, en fin, la lista podría resultar interminable.

Tendremos que alternar actividades para realizar en familia, ya que al disfrutar la convivencia se enriquece el trato personal y nos hace mejorar como persona, se trata no tanto de hacer cosas muy sofisticadas, sino de valorar con quién estamos y cómo tratamos de hacerlos felices.

La clave estará en saber  organizarnos, emplear un horario facilitaría mucho las cosas; de esta forma podríamos dedicar un día a hacer las cosas en casa que nos agobian, otro día dedicarlo a visitar a alguien con la familia, otro para ir al cine, uno más para estar con los amigos, un día sólo para nosotros, ya sea para leer, dedicarlo a un hobbie o darnos un tratamiento de belleza y el fin de semana podríamos planear una excursión en grupo a tantos lugares bellos que hay en nuestro Estado o a la playa.

El tiempo libre es una ocasión para educarnos mejor en el uso de la libertad, pues sabemos que ser libres no es elegir caprichosamente, sino más bien elegir lo que mejor nos conviene, ser libres nos hace dueños de nosotros mismos para elegir la mejor opción, al final resultará un ejercicio de virtudes: prudencia, justicia, fortaleza, generosidad, laboriosidad y sinceridad, etc.

Alcanzaremos la felicidad si encontramos que lo que más satisfacción nos da cualquier día del año está en los detalles de buen trato, en la conversación alegre, en la presencia cercana de las personas queridas y no tanto en lo sofisticado de las actividades que realicemos.