Una clave para alcanzar la felicidad

Ivette Laviada: Una clave para alcanzar la felicidad.

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La felicidad es algo tan importante que luchamos por obtenerla durante nuestra vida, aunque para algunas personas parece inalcanzable debido a los contratiempos con los que se topan en su caminar diario; la buena noticia es que la felicidad sí está al alcance de todos, sólo que es preciso contar con una herramienta básica para ello, y esto es la actitud con la que nos vamos desenvolviendo.

Nuestra forma de actuar ante las cosas que se nos presentan va a marcar la diferencia, y necesitamos enseñar a nuestros hijos desde que nacen que nuestra actitud nos llevará a conseguir la felicidad, y ésta se enseña con el ejemplo.

Amar a nuestros hijos, no en general, sino a cada uno de ellos por lo que son, les hace sentir nuestra aceptación, poniendo especial atención en sus talentos, intereses y opiniones, pues estos detalles les dan mucha seguridad y con ello experimentarán una felicidad interior.

Tratemos de darles nuestro respaldo, siendo impulsores de sus logros, convirtamos los “no puedo” en “sí puedo”. Los padres tenemos el antídoto perfecto cuando al chico le llegan mensajes negativos de otras personas, sólo tenemos que convencerlos de que aunque otros tienen habilidades naturales para desempeñar algunas tareas, los demás también pueden intentarlas e incluso dominarlas con la práctica.

Es fundamental enseñarles a sobrellevar los contratiempos y reveses de la vida, quienes lo hacen adquieren un componente clave de la felicidad. Los padres no debemos amortiguar todas sus caídas, pues en la medida que el niño aprenda a lidiar con los conflictos estará preparándose para la vida adulta. Nosotros sólo ayudemos a encontrar soluciones, enseñemos a aceptar lo que no tiene remedio y a expresar los sentimientos.

Fomentemos el optimismo, ya que esto aumenta nuestras probabilidades de ser felices. Las personas pesimistas se concentran sólo en los eventos desagradables, mientras que las optimistas se enfocan en los elementos positivos. Demostremos cómo el humor ayuda a superar los momentos incómodos, especialmente si tenemos hijos exigentes consigo mismos, aprender a reírse de uno mismo alivia el estrés con el que tantas personas lidian por ser perfeccionistas.

Enseñemos la generosidad, quien da experimenta una emoción muy especial, nos hace sentir bien. Cuando atestiguamos que alguien ayuda a otra persona, muestra gratitud se comporta de forma honorable o heroica, nos provoca imitarle, expongamos a nuestros hijos a que participen de dichos actos, fomentemos una actitud abierta y cariñosa y con ello mejorará la percepción del mundo.

Formemos equipo para tener relaciones sólidas, con padres, maestros y amigos, inculquemos hábitos sanos, el deporte es un ejemplo, ya que crea una sensación de seguridad, poder y buen ánimo. La sana alimentación también va ligada a la capacidad de aprendizaje, conducta y estado de ánimo del niño.

Disfrutemos el tiempo de ocio, enseñémosles a entretenerse con el juego libre, lejos de los aparatos electrónicos. Es necesario que echen a volar su imaginación para no perder la capacidad creativa que todos los niños tienen, saber que somos capaces de inventar nos da felicidad.

Seguramente todo esto ya lo sabes, pero de vez en cuando conviene recordarlo.

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