Venciendo la ineptitud e impericia

Jacinto Herrera León: Venciendo la ineptitud e impericia.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En el sentido coloquial cuándo decimos que alguien es visceral, nos referimos a aquel que más allá de la razón, preparación e inteligencia, pierde cordura y con prepotencia hostiga y maltrata, ya sea con la palabra, actitud o acción, a muchos seres humanos. Es más, califican para acosadores. ¿Pero qué hace que alguien se transforme e inclusive olvide los principios básico del respeto y la otrora emblemática educación de ejemplares maestros, sobre todo en estas épocas?

Lo anterior, lo trago a colación porque en varias ocasiones hemos visto cómo quienes de alguna manera fueron “alfiles” y mostraban gran capacidad para continuar cimentando lo que con tanto trabajo y esfuerzo se ha logrado para el colectivo, pero de pronto, de la noche a la mañana, se convierten en “ídolos con pies de barro”, dejando atrás largas horas de convivencia personal, laboral y social. He insistido en sumadas ocasiones que no tiene mucho que ver el número de años y peldaños académicos que detentes, sino la moral y buenos principios que recibas desde el seno familiar, pero, sin duda, con el devenir cotidiano estos valores se fortalecen paulatinamente y terminan de moldear al individuo.

El proceso referido no es de unas horas, ya que tarda años, sumando lustros y décadas de experiencia. Quién mejor que usted amable lector conoce de este diario picar de piedra para alcanzar la meta visualizada desde la infancia. Abonando de forma positiva mi comentario, el día de ayer estando en un foro muy particular, escuché un testimonio que verdaderamente me erizo la piel y me devolvió la esperanza y confianza en muchos elementos de la nueva generación, que sí rescatan principios y valores, e inclusive, nos dan lecciones de vida, devolviendo o reafirmando la esperanza que pudiese por momentos claudicar.

Estas acciones como las de ayer, apabullan a los escasos escotomas u ovejas negras a los que hice referencia inicialmente, quienes muchas veces se sienten “intocables”, embriagados en su mundo megalómano y su erradicación o eliminación de tajo, se hace difícil cuando se encuentra incrustados y/o protegido por leyes. Estos personajes con actitudes soberbias amenazan el progreso de una nueva generación que desea mejorar.

Respetuoso de las discrepancias que pueden existir entre semejantes, destaco que nadie está libre de cometer errores y, mientras tengamos vida, existe la oportunidad de resarcirlos. Lo que es intolerable es la intransigencia, falta de respeto, sometimiento con violencia verbal y patológicamente sentirse superior a cualquiera. En el camino andamos y es el momento de escuchar al cerebro, quien con seguridad guiará cada una de tus acciones con la razón y no derrochando con magistral de gracia, tan solo deyección. Estamos en época de cambios profundos en el mundo, no dejemos que la víscera nos meta en aprietos, ya que por lo que apreciamos las cosas se ponen peor.

Lo más leído

skeleton





skeleton