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Era una tarde lluviosa y recibí al paciente en mi consultorio, después de saludarlo, le pregunté cómo se sentía con respecto a su enfermedad reumática. La respuesta fue enfática y con la mirada fija, dijo: “regular”. Aquello me impulsó a buscar razones de tal resultado, encontrando que por falta del medicamento (suficiencia) no cumplió con lo estipulado en la receta.

Ante singular relato, aprovecharé comentar que muchos colegas hemos tenido inconvenientes para lograr el objetivo, cuando devolver la salud o mejorar la calidad de vida de un paciente se trata. Al revisar la literatura en otros lugares, me pude percatar que, en el caso de los pacientes con enfermedades crónicas, no sólo basta hacer un buen diagnóstico y expedir el tratamiento idóneo, sino que para alcanzar la meta exitosa de cualquier quebranto se deben considerar cambios en el estilo de vida, y un apego al manejo farmacológico y no farmacológico.

¿Y cuáles serían esas razones?, me preguntará más de alguno, ya que seguramente algunos ya se identificaron con lo redactado, pues al respecto les diré que la falta de adherencia (obtención de la medicina, toma oportuna y tiempo indicado) es un problema común que dificulta alcanzar los resultados óptimos. Cabe mencionar que también trae aparejada esta falta de adherencia, un mayor número de complicaciones, secuelas, e inclusive la muerte, por lo que se convierte en mayúsculo problema. Los gastos de bolsillo de origen innecesario serán una carga inevitable.

Recordemos que no sólo importa cuán específico y/o moderno sea el insumo terapéutico, ya que éste sólo funcionará si es administrado acorde a su prescripción, alcanzando la eficacia esperada, donde el papel principal lo tiene el paciente que acude por alguna enfermedad, ya sea con galeno privado o institucional.

Estudios demuestran que entre el 30 y el 80 por ciento de los dolientes con alguna patología reumática abandona el tratamiento, pudiendo encontrar entre varios, el costo del medicamento, creencias, efectos secundarios, expectativas altas (mejorar de inmediato), el ser dependiente de otros familiares para la adquisición y toma en horarios indicados, cansancio del uso crónico, estado anímico y edad, entre muchos factores.

¡Ah!, la parte médica es el cimiento indiscutible para la recuperación de la salud, toda vez que es indispensable un buen diagnóstico, matizado con asertiva comunicación. Trabajo en equipo para alcanzar la victoria!

Con base en lo anterior, debemos entender que la adherencia al tratamiento por parte del paciente implica un gran reto, pues las creencias y la desinformación que obtienen por medios no científicos son un obstáculo. Los profesionales de la salud insistirán en la detección oportuna de esas barreras que impiden lograr resultados esperados y, finalmente, tenemos que mejorar la comunicación que no pocas veces convierte las indicaciones dadas, en la nueva Torre de Babel.

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