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Y la pandemia se apaciguó, ya podemos salir de nuestro hogar sin cubrebocas, pero no sin celular, además, otra cosa necesaria debo agregar: el pañuelo; esa prenda necesaria en los hombres maduros y que tanto aborrecen los chavos. No entiendo a los jóvenes de hoy, cómo es posible que desaprovechen las bondades de un pañuelo que sirve para casi todo en nuestro andar por las calles del mundo.

Un pañuelo es lo mejor para el estornudo que llega sin avisar, los viejos pistoleros tenemos una agilidad asombrosa en ese momento crucial, hay una conexión asombrosa entre el advenimiento de la descarga nasal y el brazo que saca el pañuelo a la velocidad del rayo para tapar la nariz y evitar la propagación de millones de nanopartículas húmedas, después, todo se guarda dentro del pañuelo que vuelve a su funda segura. Al menos, un buen pañuelo de algodón te sirve para unos cuatro o cinco estornudos diarios, más unas 10 sonadas de nariz, antes que necesite su lavada y desinfectada de rigor. Además, no andamos tirando papeles sanitarios por las calles contaminando el ambiente. Puedes optar por supuesto por el consejo pandémico de usar el antebrazo para cubrir el estornudo; siendo así, ¡oh maravilla! Entonces continuamos con los beneficios de un hermoso pañuelo.

Si no tienes como secarte las manos, un pañuelo se vuelve toalla, solamente lo sacudes y aireas unos minutos y te vuelve a servir. Cuando esa molesta gota de sudor amenaza con caer en el ojo, ahí está tu salvador pañuelo para atraparla; la frente sudada, la cara grasosa, la mancha de comida, etc., son accidentes en donde un buen pañuelo demuestra su eficacia.

Y si quieres corear la canción de tu cantante favorito, sacas tu pañuelo y lo ondeas al viento; si estás en una guerra y quieres pactar la paz con el enemigo, sacas tu pañuelo blanco.

Hay pañuelos rojos que han servido de señalamiento al momento de transportar tubos o materiales largos, y si quieres jugar o pelear con tus hermanos o amigos, ahí tienes un arma eficaz, tu pañuelo extendido enrollado de ambos extremos y lo sueltas como látigo sobre tu contrincante.

El pañuelo también tiene su parte poética y romántica, pues igual sirve para limpiar de helado esa hermosa comisura en los labios de nuestra amada (antes de cualquier estornudo por supuesto), así como para sacudir el asiento de la novia, la esposa o la amiga. En un romántico picnic puedes envolver los tallos de las flores que cortas para tu linda compañera, y qué decir de una lágrima de amor o dolor… un pañuelo las recibe y guarda como un tesoro.

Hay múltiples accidentes de todo tipo en los que un pañuelo ha sido el salvador del momento. Un buen caballero se permite mantener una buena dotación de pañuelos en su armario, seguiré confiando en ellos, son amigos fieles y discretos, saben guardar secretos.

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