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Una vieja combi transporter alemana modelo 1977, con placas de Nicaragua, entra a Mérida a finales de julio de 2019; en el techo, una parrilla con aditamentos: una llanta, un bidón de gasolina y colchoneta. Adornada con placas de los países centroamericanos y algunos estados de México; las ventanas con calcomanías: “Nicaragua, única y original”, “I love Antigua”, “Tuxtla es Chiapas”, “Volcheros”, etc.; en la ventana trasera la frase: “Zombiewagen” y un letrero “Viajamos por América, cualquier ayuda es bienvenida”, al frente cinco banderas centroamericanas y en el panorámico por dentro, el brazo cortado de un zombie con manga larga verde a cuadros… una auténtica combi hippie del siglo XXI. Al volante, Nahum Adrian Nicaragua Díaz y de copiloto su esposa Christian Vanessa Marín Tablada, dos jóvenes nicaragüenses que pertenecen a un club de volcheros y recorren América meridional visitando a otros clubes hermanos. Con mi esposa, tuve la fortuna de conocerlos y compartir en el Café Cultural “El Yucatracho”, donde pasamos una agradable velada, escuchando sus anécdotas con la zombiewagen.

Decidieron viajar para estrechar lazos de amistad y conocer países hermanos, salieron sin tener un equipamiento completo, así que en Costa Rica pasaron varios días cocinando en la playa, hasta que en una noche de Luna llena, Nahum se quedó dormido en la cálida arena y de repente un olor a quemado lo asaltó, era la rica cena que quedo chamusqueada; ahí decidieron instalar una cocina en la combi. Cuando salían de Antigua rumbo a Cd. Guatemala, un señor les gritó “¡fuego!”, al momento no comprendieron hasta que les volvió a gritar: “¡se les quema la combi!”, sacaron dos extintores que tenían y apagaron el conato de incendio, tristemente se quemaron cables eléctricos y el carburador. Una familia de viajeros argentinos les ayudó a empujar la zombiewagen hasta un estacionamiento y algunos amigos desde su tierra les enviaron dinero para poder reparar la combi.

Su aventura fue posible gracias a sus ahorros y a la venta de artesanías que elaboraban en el trayecto. La venta de artesanías les ha abierto puertas para poder pagar entradas a museos como en Campeche y otros lugares de interés, y han descubierto que la amistad es un tesoro que se debe cuidar pues en ocasiones sólo se tiene a los amigos en las pruebas difíciles.

Un saludo a la distancia hasta Managua para nuestros paisanos centroamericanos de la zombiewagen, no olvidamos la lección de geografía que nos ofrecieron en el “Yucatracho”, cuando nos contaron sobre aquel océano cercano a un gran lago, dentro del lago una isla, dentro de la isla un volcán y en el volcán otro pequeño lago como cráter; algo inusual en cualquier geografía. Se referían al gigantesco lago de Nicaragua o Lago Cocibolca, de más de 8,000 km2 de extensión, con cerca de 400 islotes y dos islas grandes. La mayor se llama Ometepe y es la única isla volcánica en un lago de agua dulce en el mundo, donde hay dos volcanes llamados Concepción y Maderas, el primero aún activo. Otra particularidad del lago, es que tiene a los únicos tiburones de agua dulce en el mundo; el río San Juan ha sido la conexión con el Mar Caribe y según los científicos por ahí entraron al lago los tiburones y se adaptaron al ecosistema. Por lo tanto, si vas a bañarte al Lago Cocibolca “ponte buzo caperuzo”, nos dice Nahum. Nos despedimos de nuestros amigos Nicas, paisanos de Augusto César Sandino y juntos damos el grito de aquel lejano julio de 1979: ¡Viva Nicaragua Libre!

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