Decálogo del abogado mexicano en el siglo XXI
Jesús Raúl Huerta Rangel: Decálogo del abogado mexicano en el siglo XXI.
Desde 1960, cada 12 de julio, se celebra en México el Día del Abogado para reconocer la importancia de esta profesión en la sociedad, pues conlleva la lucha diaria para mantener el Estado de Derecho en el país.
Se eligió el 12 de julio, porque en 1553, en esa misma fecha, el rey Carlos V decretó la creación de la primera cátedra de derecho en la Real y Pontificia Universidad de México, marcando así un acontecimiento fundamental en la educación jurídica del país.
Es una fecha que también puede servir de reflexión para los que nos dedicamos a la profesión, pues la sociedad cambia y con ella cambian las leyes y los modelos jurisdiccionales, se amplían y reconocen derechos, surgen tecnologías, nuevas herramientas y también, hay que aceptarlo, nuevos retos que pueden trastocar la ética.
En este momento de introspección, vale la pena retomar y adaptar una obra jurídica de extensión breve, pero de resonancia perpetua, que el gran jurista uruguayo Eduardo Couture Etcheverry nos regaló en la década de los cuarenta: Los mandamientos del abogado, mejor conocido como El decálogo del abogado.
El título de por sí indica la razón por la que alcanzó gran reconocimiento en el mundo jurídico, pues en el ámbito legal se considera un símil del juramento hipocrático para los médicos, es decir, lo que todo abogado debe tener presente a lo largo de su vida profesional.
En un ejercicio reflexivo, pondré el título original y, posteriormente, me permitiré expresar mi idea de la adaptación que pudiera considerarse –como dice Couture– “en este tiempo y en este lugar”.
I. ESTUDIA. En México están cambiando las leyes y la sociedad, hay que estar al tanto de esos cambios para dar la asesoría correcta.
II. PIENSA. No basta sólo con saber, hay que aplicar los conocimientos correctamente al caso en concreto y de la manera más eficaz que beneficie al cliente.
III. TRABAJA. Somos millones de abogados, hay que luchar por hacer la diferencia, por innovar y por brindar el mejor servicio que se pueda.
IV. LUCHA. El derecho es para buscar justicia, es el fin por el que debemos luchar. Las instituciones y el sistema judicial en nuestro país muchas veces pueden hacernos sentir impotentes, pero si nos rendimos gana la injusticia.
V. SÉ LEAL. Fiel a tu cliente hasta el final, mientras sea digno, si deja de serlo retírate. Ético con la contraparte, en la victoria humilde y en la derrota digno. Respetuoso y honesto con la autoridad, pero firme y seguro de tus conocimientos.
VI. TOLERA. Acepta la verdad, sea cual sea.
VII. TEN PACIENCIA. La justicia llega a quien persevera.
VIII. TEN FE. En los principios de la profesión, eso es lo que mantiene estable a la sociedad.
IX. OLVIDA. Nada es personal.
X. AMA TU PROFESIÓN. Se trata de vocación, si no te gusta, busca otra cosa.
En su obra, el doctor Couture consideró a la abogacía: arte, política, ética y acción, con diez rubros profundamente desarrollados y puntualizados sobre el deber y la ética que nos propone seguir a quienes ejercemos la profesión, todos con la finalidad de que –dice textualmente– “el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea abogado”.