“El sereno triunfo de la humildad”, es el título del libro en homenaje a la memoria de Felipe Carrillo Puerto, que fue presentado hace unas semanas en el auditorio Eduardo Urzaiz, recinto adjunto a la Biblioteca Alfredo Barrera Vásquez del Campus de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán. Esta obra sirve para dejar una huella en el tiempo y evidencia en nuestros registros bibliográficos de que la memoria del mártir del proletariado mexicano fue honrada a cien años de su artero asesinato.

La estructura del libro nos permite tener una visión panorámica de la actuación de Felipe Carrillo Puerto. Abre con una biografía breve, directa y elogiosa, escrita por Manuel Tejada Loría, quien toma ya tintes de biógrafo de gobernadores revolucionarios, ya que hace unos años redactó una breve crónica de la vida de Salvador Alvarado que circuló a modo de folleto conmemorativo. Si breve, buena. Con una prosa amena y de intención celebratoria comunica al lector las principales acciones y virtudes que animaron la vida del ilustre biografiado.

Una segunda sección, compuesta por la transcripción de tres documentos, corrió a cargo de César Benítez, Carlos Bojórquez Urzaiz y Luis Hevia Canto. Son tres fuentes históricas para hacer un recorrido rápido por las ideas de Felipe Carrillo Puerto: el primer discurso que pronunció como Gobernador de Yucatán en español y maya (1922), una entrevista que le realizó Salatiel Rosales (1922) y su artículo póstumo “El nuevo Yucatán”, en inglés y su traducción, publicado en la revista The Survey (1924).

La persona que lea esos tres documentos podrá saber, de primera mano, cómo se configuró la visión revolucionaria y de Gobierno de Carrillo Puerto. Una muestra de pensamiento político, un testimonio de una ética de servicio y de las aspiraciones basadas en nuestra identidad regional. Son útiles para la reflexión histórica, idóneas para la enseñanza de las ideas políticas regionales y, con seguridad, acicate para clase política contemporánea.

El libro llena un vacío en estas conmemoraciones, inexplicable por la relevancia de Felipe Carrillo Puerto en la construcción de las ideas mexicanas y su presencia más allá de nuestras fronteras, lo cual ameritaba una actuación más decorosa de nuestras anteriores autoridades en la preservación de la memoria del Gobernador que, en el siglo pasado, sí supo trasformar a Yucatán.

Queda cerrar esta breve reflexión remitiéndonos a la línea final que escribió Felipe Carrillo Puerto en “El nuevo Yucatán”: “el futuro de Yucatán pertenece a los mayas”.

Viene siendo tiempo ya que dejemos que esas líneas sean escritas por ellos, por los mayas de Yucatán, como lo hubiera deseado Carrillo Puerto.