Fe, historia y Jesús el Cristo: su historicidad (y IV)
Joed Amílcar Peña Alcocer: Fe, historia y Jesús el Cristo: su historicidad (y IV).
Los líderes eclesiásticos de las iglesias Evangélicas tienen un profundo interés en comprobar la condición de Jesús como un ser divino y un ser plenamente histórico. Para lo primero poseen una teológica fundamentada, con una estructura sistematizada que paulatinamente hace patente su condición de ejercicio de razonamiento que puede entrar en diálogo con el mundo intelectual y académico. Sumemos a ello la paulatina integración de información arqueológica a la formación de los miembros de estas iglesias, una práctica que a pesar de ser marginal ha permitido el surgimiento de experiencias religiosas que integran saberes académicos.
¿Cuál es el motivo o justificación de estas nuevas prácticas de enseñanza al interior de las iglesias? El descubrir a la arqueología como algo más que un instrumento de los escépticos, es decir, en ella se han encontrado evidencias contextuales sobre Jesús y su tiempo. Veamos algunas.
Los proyectos de excavación arqueológica más recientes e importantes en la región del Israel histórico apuntan al primer siglo, es decir, a la época de Jesús. Algunos de los descubrimientos más relevantes corresponden a las sinagogas de Magdala y Wadi Haman, en la primera se localizó la llamada “piedra de Magdala” y en la segunda una serie de cámaras de estudio de la Torá, lo cual confirma que estos lugares eran centros activos de enseñanza religiosa en los que Jesús pudo estar (Mateo 4:23).
En la región de Capernaum se ha encontrado una construcción que data del siglo primero, que tuvo inicialmente funciones de casa habitación y paulatinamente fue adaptada a salón de reuniones, hasta llegar a ser la base de una iglesia bizantina. Varios académicos aceptan la posibilidad de que esta sea la casa de Pedro, uno de los lugares que eligió Jesús para desarrollar su ministerio de acuerdo a los evangelios de Mateo capítulo 8 y Marcos capítulos 1 al 3. ¿De dónde vienen estas inferencias? Del conjunto de inscripciones que se han encontrado en las capas más antiguas de la edificación: varias veces el nombre “Pedro” y frases como “Cristo ten piedad” o “Señor ayuda a tu siervo”.
De Capernaum salieron algunos de los primeros seguidores de Jesús, cuyo número aumentó después de su muerte, todos fueron objeto de burla. En el muro de una edificación del primer siglo ubicada en el monte Palatino se encontró la siguiente inscripción: “Alexámenos sébete theón / Alexámenos adorando a su Dios”, acompañada con el dibujo de un hombre crucificado con cabeza de caballo. Era una burla evidente, dirigida a una persona llamada Alexámenos, posiblemente uno de los primeros romanos que no dudó en hacer pública su fe en la divinidad de Jesús el Cristo. En el mismo sitió se halló una segunda frase en la pared, una respuesta a la injuria: “Alexámenos fidelis / Alexámenos es fiel”.
Debemos considerar que a pesar de estas evidencias aún existen líderes religiosos que piensan que esta información es innecesaria para la formación de sus feligresías. A pesar de la necesidad que tienen de demostrar que su fe es algo razonable desde todos los puntos de vista rechazan testimonios materiales que podrían redimensionar el discurso en el púlpito. ¿Cómo son percibidos estos conocimientos por una persona creyente en Cristo? Sobre ello tratará nuestra siguiente colaboración. (Continuará).