Mexicanidades en el mes de la patria

José Luis Ripoll Gómez: Mexicanidades en el mes de la patria.

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La sociedad mexicana está llena de simuladores, expertos en aparentar cosas que no son. El simulador pretende exactamente eso, ser lo que no es. La imaginación juega un rol preponderante. El simulador trata de pasar desapercibido, una especie de mimetizarse con la naturaleza bajo la pretensión de pasar inadvertido porque así le conviene. Habrá tiempo para la aparición. Ausencia o presencia según conveniencia. Muchos de los miembros de la llamada “clase política” son maestros de las formas sin contenidos. De aparentar formas.

Las crisis políticas casi siempre son crisis morales. Como la de nuestro tiempo. Anonadados por el ciberespacio, lugar que no existe a ciencia cierta. Espacio imaginario. Pero también la crisis moral atañe a la ética. ¿Cómo actuar en un mundo dominado por los sentidos? “La renovación moral” de nuestra sociedad entraña obligadamente un regreso a la filosofía. Retorno que pocos están dispuestos a afrontar. La filosofobia se hace presente en un mundo dominado por lo material, utilitario y líquido. Se diluye, todo parece traer fecha de caducidad.

“Cuando una sociedad se corrompe lo primero que se gangrena es el lenguaje”, sostuvo Octavio Paz en Postdata. Tristemente nuestra sociedad mexicana está plagada de la anticultura de la corrupción, del agandalle, frases como “quien no transa, no avanza” o “político pobre, pobre político”. El campo semántico vinculado a la corrupción es extenso: “la mordida”, “una sor juanita”, el “huachicol”, “¿de a cómo nos arreglamos?”, “¡que se note tu cariño!”. Es verdad, también desde lo oficial se abona a este flagelo, la crítica desde el lenguaje se convierte en enemigo del sistema. La libertad de expresión se tolera para unos y se coarta para otros.

¿Por qué los mayas abandonaron los grandes asentamientos culturales como Chichén Itzá y Uxmal? Las teorías son varias, una primera y más creíble se vincula con el agua. Pese a las ceremonias de pedirle el vital liquido a Chaac, este no se los envía en 5 años continuos, por lo que optan ir por agua a otros lugares, la selva cubre los edificios y las plazas. Otra teoría se relaciona con una pandemia incontrolable. Los que logran sobrevivir deciden abandonar el sitio. Cuestionándose por esta desaparición, el poeta cubano José Martí dijo en La Edad de Oro: “¿Adónde ha ido, adónde, el pueblo fuerte y gracioso que ideó, la casa redonda del caracol; la casita tallada del Enano, la Culebra grandiosa de la Casa de las Monjas en Uxmal? ¡Qué novela tan linda la historia de América!”.

Autores influyentes. Octavio Paz y Nietzsche, dos personalidades que arrollan a su paso. En mundos y épocas diferentes, con ocupaciones diversas, uno poeta, otro filólogo. Coinciden en el uso del lenguaje como poder. Hay un universo más allá de la palabra. “Nietzsche me enseñó a ver lo que estaba detrás de palabras como virtud, bondad, mal. Fue un guía en la exploración del lenguaje mexicano: si las palabras son máscaras ¿qué hay detrás de ellas?”, sostiene Paz. En palabras de él mismo, “sin Nietzsche, no hubiese podido escribir El laberinto”.

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