El INE no se toca, pero sí se reforma
José Luis Ripoll Gómez: El INE no se toca, pero sí se reforma.
El término jurídico constitucional de ciudadanía en México es una condición que gozamos únicamente los nacionales cuando cumplimos los requisitos establecidos en el artÍculo 34 de nuestra Carta Magna. En primer lugar, ser mexicano es condición sine qua non para ser ciudadano. Es decir, ninguna persona que no sea mexicano podría optar por la ciudadanía. En otras latitudes este requisito es diferente, se pueden ser ciudadanos sin ser nacionales. En México no es así. Hay mexicanos no ciudadanos, pero no ciudadanos no mexicanos. Los primeros son menores de edad, gente privada de su libertad y personas con algún grado de interdicción, es decir, enfermos mentales, etc.
En segundo lugar, se necesita tener 18 años cumplidos, es decir, la mayoría de edad. En otros países esa mayoría se adquiere a los 21 y, en otros hasta los 25. Realmente no hay estudio científico que demuestre que un sujeto ha adquirido un desarrollo mental a los 18 o a los 21, es por “acercamiento” a una supuesta evolución cerebral relacionada con la madurez humana. Este tema tampoco le interesa mucho al legislador.
En tercer lugar, es requisito constitucional para adquirir la ciudadanía “tener un modo honesto de vida”. Algún valiente se atrevería a delimitar ¿qué significa tener esa condición de vida?, ¿en qué consiste la vida honesta? Es término bastante subjetivo, que en esa calidad, permanece como condición inútil para ser ciudadano.
Pues bien, a los ciudadanos nos obligan a ser responsables con el Estado. Eso implica votar y ser votados, desempeñar cargos de elección popular y tomar las armas para la defensa de la patria entre otras responsabilidades y derechos. Ser ciudadano es tener la posibilidad de participar en política y exigir al político que cumpla sus compromisos y obligaciones. Si el ciudadano se olvida del político este se olvidará también del ciudadano.
Que al INE hay que transformarlo, a nadie le queda duda. Que sus consejeros ganan cifras estratosféricas en un país donde la gran mayoría vive en condiciones de pobreza, tampoco se duda. Pero dicha reforma del INE no debe politizarse, muchos de los ciudadanos que participaron en la marcha sólo tenían en la mente consignas y odio contra López Obrador y su Gobierno. Al final no saben en realidad el tema del INE y terminaron marchando contra el Gobierno de la 4T. El INE fue creado en condiciones de un sistema político con características diversas que actualmente no existen en México, por lo tanto, debe modificarse para ajustarse a los tiempos actuales. Es verdad que el INE no se toca, pero sí se reforma.
Hacer ciudadanía es participar en forma informada de los asuntos de la “polis” mexicana. No dejarse llevar por partidos políticos que sólo llevan “agua a su molino” usando en muchos casos la buena fe de los ciudadanos libres y responsables. Ahora resulta irónicamente que los partidos políticos son “paladines de la democracia” y apoyan incondicionalmente al INE.
En la antigüedad a Sócrates le llamaban “el tábano de Atenas” porque se atrevía a increpar a los políticos pidiéndoles explicación y razón por su actuar y responsabilidad en los asuntos públicos. Seamos ciudadanos responsables y no masas encandiladas por los partidos políticos a defender intereses de ellos.