Mauricio Vila, sus activos y pasivos

José Luis Ripoll: Mauricio Vila, sus activos y pasivos.

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Todos los políticos tienen activos y pasivos. Ningún gobernante es cien por ciento malo ni bueno. Sin excepción, hasta los más célebres han tenido sus altibajos, sus logros y fracasos, sus errores y aciertos. Todo depende del aspecto que se quiera resaltar.

Por ejemplo, hay un Fidel Castro admirado y otro aborrecido. Ni condenado ni absuelto. En Chile, hubo un Pinochet que evitó el comunismo, pero terminó asesinando a Salvador Allende y se convirtió en despiadado dictador. En África, Muamar el Gadafi, convirtió un país atrasado en uno con los mejores niveles de vida, sin embargo para occidente fue un brutal sátrapa.

En Yucatán, Mauricio Vila también es un gobernante con activos y pasivos. Entre sus logros innegables están convertir a la entidad en un polo atractivo para inversionistas, su tacto empresarial le facilita percibir la oportunidad para hacer negocios. Maneja como pocos la visión de la ventaja competitiva y comparativa. Además, Yucatán está recibiendo turistas como nunca. Es muy hábil para convencer empresarios tanto nacionales como extranjeros, inmediatamente genera empatía.

Sus pasivos son varios, tiene un sector burocrático de miles de jubilados, pensionados y beneficiarios francamente molestos, se atrevió a utilizar gas lacrimógeno en su contra. Creó una nueva ley de seguridad social burocrática totalmente en contra de muchos derechos adquiridos. El desfalco al Isstey lo pretende paliar a costa de ellos.

Los programas sociales provenientes del Gobierno del Estado son limitados y débiles, los utiliza sólo como formador de clientelismo político electoral. Sus ansias de controlar a los demás poderes del Estado lo han llevado a adueñárselos por las buenas o por las malas. El asalto al cuartel judicial local fue una muestra de sus deseos desenfrenados de poner a “raja tabla” a magistrados sacados de oficinas gubernamentales sin experiencia en el quehacer judicial.

Está obsesionado con evitar la posible candidatura a la gubernatura de Renán Barrera Concha. De no haber pactado ya con Andrés Manuel, tratará a todas luces de poner a su “gallo”. El Gobernador de Yucatán como hombre de negocios, no político, piensa que el deber del gobernante es crear condiciones para que los empresarios generen empleos, aunque sean paupérrimos, mal pagados. Su único compromiso es con el capital. Hace esfuerzos de abrazar a la gente de bajos recursos y acepta a regañadientes selfies. Como muchos políticos, Vila es un gobernante joven formado en la vieja usanza. Con Andrés Manuel juega en aparente simbiosis. Sabe que la posibilidad real de encabezar la candidatura a la presidencia por la oposición es más bien un juego político, está consciente que no lo conocen en el resto del país, sólo en la Península de Yucatán. A cambio de un cambalache, hay una seria posibilidad de que se suba al gabinete del próximo Presidente o Presidenta de la república, muy probablemente egresado de las filas de Morena.

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