Las historias de Phineas y Charles
José Luis Ripoll Gómez: Las historias de Phineas y Charles.
Tenía tan mala memoria que se olvidó que
tenía mala memoria y se acordó de todo
Ramón Gómez de la Serna, escritor español
Phineas y Charles son individuos que viven en lugares y épocas diferentes. En circunstancias diversas. Son dos historias y una misma interrogante. ¿Cómo funciona e influye en los individuos el órgano central de nuestro sistema nervioso llamado cerebro?
Phineas Gage es un trabajador promedio de los Estados Unidos, barrenero, pacífico, amable, energético, perseverante, atento y cumplidor de la tareas asignadas por su patrón. De su casa al trabajo y viceversa. Trabajaba en la construcción de las vías férreas cerca de San Francisco.
Todos los días en su recorrido de su hogar al trabajo saludaba a las personas que se encontraba en el camino, siempre amable. De esa gente que uno siempre quisiera encontrar por donde vaya.
La mañana del 13 de septiembre de 1848, Phineas acude a su centro de trabajo contento y dispuesto a cumplir con sus labores, después de saludar a sus compañeros se dispone a barrenar metales en su afán de seguir elaborando metros de vías de ferrocarril. Se produce una explosión al contacto de ciertos materiales inflamables, una barra de metal de 1 metro con 10 centímetros se le incrusta en la cabeza, le atraviesa el pómulo y el cráneo, daña áreas de su cerebro, borbotones de sangre aparecen, se le brindan los primeros auxilios, es llevado al hospital donde una cirugía logra extraer la pesada barra metálica de su cuerpo. Increíblemente sobrevive.
Sin embargo, Phineas no es el mismo, algo ocurrió. En adelante se convierte en sujeto desagradable, lo contrario de lo que era: agresivo, antisocial, flojo, grosero, desagradable y poco servicial. ¿Qué ocurrió con su cerebro? ¿Ese daño provocó cambios en su forma de ser? El cráneo de Gage se encuentra conservado en el Museo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Charles Whitman es otro caso paradigmático en la historia del estudio del cerebro y su relación con los comportamientos sociales. Se trata de un joven (25 años) ingeniero, amable, respetuoso que amaba a su familia, con niveles de inteligencia muy elevada. La mañana del 1 agosto de 1966, asesinó a su esposa y a su madre, luego se fue a la planta superior de la Universidad de Texas y empezó a matar gente. En su carta póstuma señala que algo le había sucedido a su cerebro y pedía ser estudiado para comprender su conducta asesina. Efectivamente, le había crecido un tumor en el cerebro que empujaba la amígdala hacia un extremo. Se cree que esa fue la razón para entender su desquiciado comportamiento criminal.
En forma irónica, se ha dicho que la historia de Charles Whitman fue: “un tumor cerebral (glioblastoma) que agarró un rifle y mató a un montón de gente” (murieron 13 y 32 fueron heridas). ¿Ese tumor provocó los cambios en Charles?
Los humanos somos entes biológicos compuestos por hormonas, neuronas y neurotransmisores que llevan información al cerebro. Esos procesos biológicos influyen considerablemente en los comportamientos sociales. Las neurociencias nos proporcionan elementos para el análisis, lo único que debemos hacer es valorarlas y, en su caso, incluirlas como parte del entendimiento humano y su comportamiento social. ¡Tremendo reto para todos!