Cambio de Gobierno y buena señal
José Luis Ripoll Gómez: Cambio de Gobierno y buena señal.
“Unos que nacen otros morirán, unos que ríen otros llorarán”, sostiene la canción popular de Julio Iglesias. Es verdad, la vida sigue igual, con sus inercias y realidades, en ocasiones discrepantes y en otras armoniosas y concordantes.
La democracia puede ser definida como un sistema inacabado de conflictos permanentes. Decía Montesquieu, si una persona arriba a un país y lo encuentra en polémica, en discusiones, es que hay democracia, en cambio si todos están callados y, en aparente orden, se trata de una dictadura.
“El poder sin abuso pierde su encanto”, sostenía cínicamente Paul Ambroise Válery. El poder desensibiliza al hombre no apto para ejercerlo. Hemos visto a personajes poderosos políticamente que perdieron piso, pero también hay algunos casos donde ocurre lo contrario.
Hoy en México muchos opinan sobre temas que desconocen. Tienen el derecho de expresarse garantizado por la Constitución política, El primer requisito para que un sujeto se interese en estudiar algo es que tenga la posibilidad de comprenderlo. Blaise Pascal lo revela: “El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende”. Incluso algunos lo hacen abiertamente en término poco cortés utilizando palabras soeces por no decir vulgares, lo que Ortega y Gassett refería como el derecho a la vulgaridad. La necesaria reforma al Poder Judicial ha encendido la pasión fundamentalmente por los cargos en juego. Los de adentro (la mayoría de los ministros, magistrados y jueces) se sustentan como “defensores” del Estado de Derecho. ¡Ni ellos lo creen! Defienden sus privilegios, su status quo. Por qué no levantaron la voz cuando el gobernador Vila corrió a todos los magistrados del Poder Judicial local (tres promovieron amparo y lo ganaron).
El ex gobernador Vila durante todo su mandato se ostentó como el mejor mandatario del país. Eso no le garantizó la permanencia de su partido en el poder. Gobernó desde la visión empresarial. Los cargos públicos son temporales. Lo único seguro es que no son seguros. En las democracias se gana y pierde.
En Yucatán inicia un nuevo Gobierno estatal emanado de Morena. El gobernador electo, Joaquín Díaz Mena, representa la esperanza de muchas personas, no para que los saque de pobres, sino que les permita tener herramientas para que ellos mismos salgan adelante. De eso se trata el trabajo del gobernante. Los programas sociales son justicia social, no dádivas ni favores.
Adultos mayores, jóvenes, mujeres mayores, madres solteras y estudiantes son algunos sectores que seguirán recibiendo los apoyos sociales que les posibilite mejorar sus condiciones económicas y sociales. Se ha anunciado el Renacimiento Maya, sensato programa global de Gobierno que pretende impulsar obras estratégicas para potencializar el desarrollo del Estado.
A nivel federal, la doctora Claudia Sheinbaum pretende construir el segundo piso de la llamada Cuarta Transformación. Sus primeros nombramientos son mezcla de políticos y académicos. La Presidenta electa ha dado muestras de tener apertura para designar gente vinculada al conocimiento más que con la política. Para gobernar hay que tener aptitudes y actitudes. No basta ser político, es necesario capacidades y conocimiento de las diferentes materias. Con sólo política no alcanza, no se solucionan los problemas. Buena señal para todos los gobernantes del país.