El miedo, la más política de las pasiones
José Luis Ripoll Gómez: El miedo, la más política de las pasiones.
La filosofía tiene el reto de no convertirse en un vacío, particularmente cuando se reflexiona sobre asuntos políticos. En la historia de la filosofía política ha habido pensadores de liberales a estatistas, pasando por eclécticos y religiosos. Thomas Hobbes influyó en forma muy importante sobre el pensamiento contemporáneo, la forma de percibir al Estado. Hombre de altísima cultura, tradujo magistralmente la obra de Homero. En la actualidad sus ideas son analizadas en universidades, escuelas de ciencia política, derecho, economía, sociología y otras carreras afines.
Para él, existen tres males que causan las disputas entre los humanos: la competencia, la desconfianza y el deseo de fama. La primera, es la que causa que las personas se ataquen unos a otros. En las sociedades modernas, particularmente las neoliberales, se premia el competir y ganar; avasallar al rival es el reto perverso de hoy. Desde la educación básica nos enseñan a procurar “ser el mejor”. Salir en cuadro de honor otorga status, genera “prestigio”. Las empresas van en busca del estudiante con el promedio más alto, el más aventajado en notas, muchas veces por encima de cualquier otro valor. Vivimos en sociedades donde se privilegia “al mejor”, siempre hay un estímulo para quien supera al otro.
El segundo aspecto que refiere Hobbes es la desconfianza. El sistema político-jurídico mexicano funciona bajo esta premisa. Se desconfía de todo y para todo. La confianza es un valor disminuido de la tipología, por lo menos en nuestro país. Pocos confían en alguien. Muchas de las normas jurídicas están elaboradas bajo la lógica de la revisión mutua, de instituciones y órganos cuyos titulares no confían entre sí, es un juego de pesos y contrapesos. En general, pocas personas confían en los demás. La desconfianza es una actitud, un antivalor que impera en nuestros días como resultado de múltiples mentiras y traiciones que por años hemos padecido los mexicanos a lo largo de nuestra historia. La historia política de México es en gran parte, historia de traiciones y engaños.
Por último, el deseo de fama o gloria, esto hace que los individuos sean egoístas para buscar la trascendencia. Las personas de la aldea global, mediante un grito, una amenaza o una intimidación se hacen “respetar”. Algunos de los miedos que imperan en las sociedades son: la incompetencia, la cerrazón, la intolerancia y la envidia. “homo homini lupus” (el hombre es el lobo del hombre). Hobbes fue un pesimista antropológico. El miedo es la más política de las pasiones.
Hobbes y Juan Jacobo Rousseau, forman parte de los autores contractualistas. ¿En qué consiste el contractualismo? En darle sustento ideológico a la creación del Estado, en otorgarle una razón a su existencia. Para ellos el Estado surge como un acuerdo entre los gobernados y los gobernantes: el Pacto Social. Empero, a diferencia de Rousseau que postula el pacto social entre la libertad y la seguridad, Hobbes piensa que el miedo es lo que impulsa a ese acuerdo con el gobernante. El miedo que cada ser humano tiene de los demás. “Es mejor temerle a un Calígula que a mil”, siendo que cada miembro de una sociedad podemos convertirnos en Calígula para los demás.
La obra cumbre de Hobbes es el Leviatán, alude a una bestia marina bíblica; de acuerdo a este filósofo, es la forma simulada que toma el Estado para poder controlar a los individuos que luchan entre ellos en caos de su estado natural, antes de integrarse en una sociedad. Dice: “El temor es la pasión socializadora por excelencia, pues el miedo a la muerte nos hace renunciar a nuestros violentos deseos de predominio y someternos a la autoridad estatal […]”.
Cabe destacar que tuvo sus detractores: se conoce su distanciamiento con Descartes, quien lo tildó de “plagiario” por copiar aparentemente parte de las ideas de otros autores. Más allá de esta circunstancia, su obra es una muestra realista y cruel del poder político, su pragmatismo nos hace seguir considerándolo pieza fundamental para comprender la realidad política de nuestro tiempo. Es innegable que la visión que plantea sigue estando en la palestra de la discusión política de la actualidad.