Platicando… ando

Juan Manuel González Ponce: Platicando… ando.

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En ocasiones tenemos la oportunidad de realizar un viaje, estar en un parque o en un reunión, asistir a un evento… y nos toca convivir con gente que no conocemos. En ciertos momentos queremos sólo estar en el lugar y ya, pero en otros nos topamos con gente que es muy social y le encanta convivir con otras personas, tener pláticas con gente conocida o desconocida e intercambiar puntos de opinión sobre cualquier tema. Todos recordamos a alguien que consideramos una persona con la que fue agradable platicar y enseguida comentamos: “tiene buena plática”. Es ahí cuando notamos la importancia de ser una persona que transmita valor a las conversaciones que se tengan, independientemente de con quien las realicemos.

Aquí te menciono 5 características de un buen platicador o una persona con buena plática:

1. Ser un buen receptor: sin duda alguna el ser un buen receptor es parte primordial de una conversación en ambas vías. Escuchar a la otra persona es de suma importancia. Nadie quiere estar con alguien que acapare toda la conversación y no se pueda entablar comunicación de ida y vuelta.

2. Demostrar interés: si quieres fascinar a una persona, debes mostrar interés en lo que él te platica, y por supuesto que hablamos de un interés real, no que sea ficticio o actuado pues esto se nota de sobremanera y es peor, no te hace ver bien. No se trata de ser políticos, se trata de estar verdaderamente interesados en lo que la otra persona nos expone.

3. Ser empático: ponerte en los zapatos de la otra persona que te expone un tema determinado o te comenta algo que le ha sucedido en el pasado, es determinante para obtener la atención y eterna gratitud de dicha persona. No es común hoy en día encontrar gente que sea empática contigo y comprenda de la misma manera por lo que estás pasando

4. Tener temas para intercambiar: ser una persona culta puede ayudar a tener variedad de temas para intercambiar con las personas. No es que seas experto en todos los temas, pero sí conocer de manera básica los temas tratados para poder participar y dar tus puntos de vista tal cual. Mientras más conozcas el tema, más profunda puede ser la conversación.

5. Ser honesto: la honestidad es un valor que apremia y la gente lo sabe. Cuando la gente te perciba de esta manera, encontrará en ti una persona digna de confianza y tendrás mayores posibilidades de que esta persona se abra ante ti de par en par. Para que esto suceda, también deberás confiar tú en la persona.

Valora las buenas pláticas.

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