Si no ayudas… no perjudiques

Juan Manuel González Ponce: Si no ayudas… no perjudiques.

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Se trata de que estemos en este mundo haciendo el bien, sin mirar a quién. Se trata de ser felices, de ayudar, de crecer, de vivir. Sin embargo, todos conocemos personas que dedican su vida a perjudicar a otras y así se la pasan de lugar en lugar, hasta que logran su objetivo de perjudicar a quien se cruce en su camino. Siempre debemos tener cuidado con qué tipo de personas nos relacionamos, independientemente sea en lo profesional o lo personal, pues el exceso de confianza y no cumplir con nuestros parámetros mínimos de seguridad, pudieran ocasionarnos serios problemas en nuestro patrimonio.

Aquí te comparto 5 mantras para el verbo perjudicar:

1. No perjudiques a nadie: para poder ejercer las demás acciones, lo primero es que prediques con el ejemplo. Evita andar perjudicando gente, pues esto ocasiona que alimentes tu karma cada vez más y en algún punto o momento en la vida, te pasarán las facturas de todo lo que hiciste en tu camino… y seguro tendrá intereses, porque así trabaja el karma.

2. No te dejes perjudicar: dejar que la gente se aproveche de ti es igual de malo para tu desarrollo personal y espiritual, como el punto anterior. La mejor manera de evitarlo, como mencioné al principio del artículo, es cuidar y analizar bien de qué personas te rodeas en cualquier ámbito. Tampoco se trata de desgastarte, sólo que hagas lo mínimo necesario para cuidarte.

3. No permitas que perjudiquen a alguien: si está en tus manos defender a una persona de la que se están aprovechando, hazlo sin pensarlo, pues en ocasiones existen personas que no se pueden defender a sí mismas. Por ignorancia o educación, si hay alguien que lleva las de perder, protégelo en la medida de tus posibilidades.

4. No permitas que alguien, perjudique a los demás: en ocasiones nos toca darnos cuenta de que ciertas personas tienen objetivos específicos para con alguien en particular, y todavía tienen el atrevimiento de contarlo de manera amplia y pública. Cuando este sea el caso, evita que suceda, ya sea convenciendo a dicha persona o, en su caso, avisando a la contraparte.

5. Ayuda siempre a los perjudicados: cuando esté en tus posibilidades económicas, de tiempo, por experiencia, recuerda que una forma de devolverle a la vida lo bien que te ha llevado, es ayudando a los perjudicados. Escoge si quieres qué tipo de perjudicados deseas ayudar de ser necesario, o simplemente ve de manera aleatoria lo que vaya sucediendo.

Las buenas conductas se contagian.

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