Estamos cerca de la temporada de lluvias y, durante la misma, hay varios detonantes que hacen que en algunos lapsos sean más seguidas las precipitaciones, siendo convectivas en verano y otoño, debido al ascenso del vapor hacia la atmósfera (calentamiento diurno), además de las lluvias de origen ciclónico que provocan los huracanes y las lluvias de tipo frontal que generan la llegada de los frentes fríos.

A continuación mencionaré algunos de los detonantes: primero, la causa principal es el calentamiento diurno que sucede a partir de mediodía y hace que el vapor de agua se eleve en ciertas zonas provocando lluvias de corto tiempo y en zonas localizadas; segundo, la entrada de humedad proveniente de los océanos provoca durante el día el ascenso natural del vapor y eso genera las lluvias por las tardes; tercero, el paso de las ondas tropicales que aumentan el potencial de las lluvias y dependiendo de la intensidad de la onda será la fuerza de las lluvias que caerán, y por lo general son de gran extensión y van de acuerdo con el desplazamiento de la onda tropical que es del Mar Caribe hacia el Golfo de México; cuarto, las turbonadas, lluvias acompañadas de carga eléctrica, pero de corta duración que se presentan por el choque de una masa caliente clásica y una masa de aire muy húmeda en la zona; quinto, el llamado downburst, similar a las turbonadas, con la diferencia de que abarcan hasta 5 km de diámetro y en su interior se forman remolinos, siendo que las rachas de viento alcanzan hasta 120 km/h y 150 km/h, causando destrucción a la infraestructura urbana y caída de árboles, además de poner en peligro la vida humana, uno de sus retos es que no advierte de su posible ocurrencia y sólo es detectable cuando ya está el fenómeno, su duración puede ser de hasta tres horas y a veces se acompaña de granizo, y es muy particular de las manchas urbanas debido a su excesivo calentamiento (como ocurrió en Monterrey donde se cayó un escenario en un evento político); sexto, la lluvia de origen ciclónico, ya sea de efecto directo o indirecto, que causa graves afectaciones como inundaciones y suele durar días, dependiendo del desplazamiento que tenga el ciclón; séptimo, lluvias por el paso de una zona de baja presión, que por lo general son de larga duración y de intensidad de fuerte a torrenciales, con acumulados de altura de lámina de agua importante, y al igual que las ciclónicas provocan daños a la infraestructura, pero por lo general por inundaciones.

La Península de Yucatán se caracteriza por ser una zona muy húmeda y una de las causas es la gran cantidad de lluvia que cae casi todo el año, con excepción de algunos meses en la época de sequía. Esta humedad se debe principalmente a que la Península está rodeada de agua y es el paso obligado de los ciclones que van del Mar Caribe al Océano Atlántico, también debido al paso de ondas tropicales o bajas presiones, así como por los frentes fríos.