¿Cómo va el ascenso del acuífero en 2024?
Juan Vázquez Montalvo: ¿Cómo va el ascenso del acuífero en 2024?
Ya han pasado cuatro años y, al parecer, se les ha olvidado el grave problema que sufrimos los yucatecos con las inundaciones que provocaron primero la tormenta tropical Cristóbal en junio y luego los huracanes Gamma, Delta y Zeta en el mes de octubre de este año.
Estos últimos provocaron lo impensable: el rebose de nuestro acuífero en zonas del noroeste, norte y noreste del Estado, aunque todas las energías y baterías disponibles se dirigieron hacia la zona urbana de la ciudad de Mérida, de la parte noroeste y poniente, en especial a los fraccionamientos de Las Américas y Ciudad Caucel y las comisarias del norte.
A la parte noreste no se le dedicó tanta atención y de hecho ya se olvidó este suceso de las zonas que se inundaron entre Tizimín y Río Lagartos, en donde muchos ranchos tuvieron que ser reubicados o encomendar el ganado con los vecinos, aunque las carretera ya fueron elevadas y puestas alcantarillas.
Todo esto provocado por la gran cantidad de precipitación que cayó y que alcanzo en la estación nororiente de Mérida la exorbitante cantidad de 1,873.2 litros/m2 de altura de lámina precipitada acumulada en el 2020, algo jamás ocurrido en la historia de Yucatán, y la elevación de 5.20 m del nivel de altura del agua subterránea. Actualmente, en las zonas subterráneas que se inundaron ya está todo casi normal, ejemplos son los estacionamientos de plaza Harbor y el paso deprimido, y tramos de la carretera Tizimín-Río Lagartos.
Pero lo más importante, ¿usted sabe cuánto ha subido el nivel del agua subterránea? Pues se ha situado a un nivel de 2,650 sobre el nivel medio del mar (dato Odiser Empresarial), muy envidiable espesor de agua tomando en cuenta la fuerte sequía histórica que vivimos este año, como si estuviera acabando una buena temporada de lluvias, y la de este año fue con acumulado, hasta el momento, de 1,008 mm, que está dentro del promedio anual (dato Fiuady), y aunque según modelos se esperaba una temporada fuerte con un 30% por encima del promedio, no ocurrió, pero lo caído fue suficiente para mantener elevado el manto acuífero.
Se esperaba fuera una gran temporada de lluvias, como se pronosticó, pero los ciclones tropicales que pasaron sobre o cerca de Yucatán no dejaron significativas lluvias con acumulados importantes; cuando mucho, en el mejor de los casos, se esperaba llegara a 3,00 metros sobre el nivel medio del mar.
Aunque nos afectaron ciclones tropicales directa o indirectamente, no hubo grandes precipitaciones, máxime que cada ciclón puede provocar un incremento del acuífero de hasta 2 metros sobre el nivel medio del mar, lo que haría que rebose de nuevo, o sea, con sólo lluvias no rebosaría, pero si nos afectan los ciclones y hay la posibilidad de rebose si traen mucha agua.
Lo que sí, es una muy buena cantidad de agua subterránea para paliar con éxito una dura temporada de sequía el otro año, está sobre 1.50 sobre el nivel medio del mar de excedente, más lo que dejen los frentes fríos, que se espera lleguen con lluvias.
Ojalá que las autoridades pronto reglamenten las medidas de mitigación y protección para las zonas que se inundaron, y sobre todo los planes de sensibilización entre los habitantes de esas áreas, aplicados a “La Niña”, pues el cambio climático ya alcanzó a Yucatán, nos guste o no, y una muestra de lo que puede provocar ya lo hizo la Naturaleza al demostrar que nuestro acuífero tiene límites de tolerancia.