Mucho ha llamado la atención el intenso calor con cifras récord y el tiempo muy prolongado de las altas temperaturas que están ocurriendo en muchas partes del mundo. Nadie se salva, ni nosotros en Yucatán, y eso es debido a un suceso que ocurrió en el año 2016, cuando las temperaturas globales se incrementaron 1.25 grados Celsius y provocó oleadas de calor no vistas en el planeta Tierra.

Los científicos dedicados a estudiar el calentamiento global advirtieron que eran peligrosos los valores alcanzados de las temperaturas y que había que tomar medidas más estricticas y drásticas con los gases de tipo invernadero, que en 2016 se quemaban a niveles muy altos. En la COP de París del 2015 se tomaron acuerdos para evitar esa situación.

¿Qué paso? No se respetaron los acuerdos de París, al contrario, la quema de fósiles derivados de petróleo y carbón siguió a todo lo que da y, por consiguiente, condenaron al mundo y su calentamiento global a seguir rumbo a un escenario catastrófico y obscuro para el año 2040 o 2050, y ese escenario, desgraciadamente ya nos alcanzó, mucho antes.

Hemos rebasado, mis estimados lectores, el umbral del punto máximo del calentamiento global al llegar las temperaturas, en promedio, a un incremento de 1.5 grados Celsius. Así como lo lee, no se esperaba que ocurriera sino hasta 2040 o 2050, y que se iba a tratar de evitar llegar a esa situación catastrófica.

¿Y qué pasa entonces?, que los científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierten, a través del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) –dio a conocer la situación en días pasados–, que ya rebasamos la era del calentamiento global e ingresamos a la era de la “ebullición global”, o sea, el aire es irrespirable; el calor, insoportable, y la inacción climática, inaceptable.

Y no lo digo yo, lo dice la OMM a través de la ONU. Para muestra un botón: el pasado mes de mayo ha sido el más caluroso desde que se tienen registros. Será el mes más caliente de todos los tiempos, y la muestra física es palpable en varias partes del mundo: vivimos un verano cruel que se nota con mayor énfasis en América del Norte, Europa, Asia, África y Oceanía, nadie se salva.

O sea, climáticamente el planeta es un desastre y los culpables somos los seres humanos que lo habitamos. Todas las predicciones y advertencias se cumplieron y a una velocidad en el tiempo sorprendente.

La “ebullición global” significa que el calentamiento global alcanzó un punto crítico y provocará una serie de eventos extremos del clima, lo peor es el derretimiento acelerado de los casquetes polares.

Cada día vemos que ocurren estos eventos: el 6 de julio, la temperatura media diaria superó el récord establecido en 2016, y lo observado en el mes de mayo es un anticipo de la dura realidad del cambio climático y un anticipo del futuro obscuro (climáticamente hablando) de lo que nos espera. Lo que urge es reducir las emisiones de gases efecto invernadero a la voz de ya.

Veremos en el futuro eventos climáticos no vistos en muchas partes del mundo, y eso incluye a la Península de Yucatán. Como siempre, no faltarán los escépticos que dirán que se está exagerando, pero juzgue usted si el calor que sentimos en mayo fue normal, y los eventos raros como minitornados y ventiscas.

Aunque hay criticones que dudan de todo, viniendo sobre todo de la parte oficial, que es la que debe estar al tanto para tomar las medidas pertinentes para la protección de la población, porque esto no es un juego, hay que unir fuerzas para enfrentarlo.