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La sociedad ha ido cambiando y, como se sabe, la cultura también. La cultura no es estática, se amolda y se adapta, así como los seres humanos nos adaptamos a los cambios. Por esto mismo, la educación también se ha transformado, lo que quiere decir que ha ido evolucionando. Cada generación es diferente a la anterior.

Las nuevas generaciones que están en los grados de secundaria, preparatoria o universidad tienen como modelo un chip integrado que demuestra que traen nuevas ideas y formas de aprender. La educación, al igual que la cultura, también ha sufrido una especie de revolución en los últimos cuatro o cinco años.

Por ejemplo, cuando se presentó la pandemia del Covid-19, las clases se llevaron a cabo en línea, las tareas a entregar cambiaron, no solo se escribían en papel, sino que se comenzó a optar por una forma diferente de calificar, lo que llevó a aceptar tareas como videos realizados en distintas plataformas, formularios digitales y foros en línea. Incluso se descubrieron aplicaciones digitales que ya existían, lo que permitió que fueran aceptadas por la sociedad y utilizadas. Estos cambios no solo reflejan una adaptación, sino también una evolución en el aprendizaje.

Esto nos demuestra que las dinámicas sociales cambian con relación al aprendizaje. Actualmente contamos con la tecnología como herramienta para enseñar, trabajar o realizar cualquier tipo de actividad. Tenemos a nuestro alcance Kahoot, Google Sites, Notion y Padlet, que son aplicaciones para innovar en el ámbito educativo.

La enseñanza está cambiando. Como docentes tenemos la responsabilidad de también evolucionar. La tecnología está avanzando a pasos acelerados. ¿Por qué temerle? No es una amenaza. Al contrario, la educación está ligada a la tecnología, quizá esto comenzó en los últimos años. Sin embargo, en otras partes del mundo ya se había apostado por una educación digital.

Ante todo este cambio, están presentes dos posturas: quienes apuestan por usar aplicaciones digitales en clase para reforzar la dinámica de esta, y por otro lado, están quienes no las aceptan porque podrían interferir en el pensamiento crítico y buscar alternativas rápidas y no fomentar un aprendizaje profundo.

Con todo lo anterior, no estoy diciendo que la tecnología nos domine. Totalmente lo contrario, debemos dominar la tecnología con base a nuestras necesidades. Lo que quiero decir es que podemos apoyarnos en la tecnología para hacer uso de ella en nuestra vida cotidiana, en el trabajo y hasta en la educación.

Ya estamos cerca del futuro digital. La educación es un pilar importante en la sociedad. Y como toda revolución siempre deja un cambio.

En un futuro, las máquinas reemplazarán y realizarán el trabajo del ser humano; aún no sé qué pasará con la educación, quizá también miles de docentes sean reemplazados por un robot. Entonces, ¿por qué no comenzar por familiarizarnos con la tecnología?

Tal vez esta opinión abra un debate entre aceptarla o no. Lo cierto es que se ha hecho presente en el ámbito educativo. Preguntémonos si debemos prepararnos para este cambio y de qué manera prepararse.

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