Desde antes de llegar ya sabía que iba a ser una mañana llena de nostalgia, de emotivos y felices reencuentros. Y así lo fue. Los recuerdos llegaron de prisa y se agolparon con inusitada emoción en un acto que fue organizado con el cariño y gratitud de la distinguida maestra Hilda Cervera Sierra y toda su familia educativa celebrando a la honorable y muy querida maestra Fita en ocasión de su natalicio. La Escuela Primaria “Josefa Centeno Rosado” lució impecable y con la alegría que desborda la presencia de niñas y niños que fueron partícipes, en el homenaje, con sentidos poemas y bellas melodías, preparados con tanta paciencia por sus profesores.

Visitar y conocer la escuela, a invitación de su directora general y llevar la representación del secretario de Educación, Liborio Vidal Aguilar, fue un doble honor que disfruté desde el momento de mi llegada. Dicho centro educativo lleva el nombre de una mujer vallisoletana de gran valía por sus innumerables aportaciones a la educación y a la vida social y política de la Sultana del Oriente en el Siglo XX. Josefa Centeno Rosado (1930-1977) fue una mujer que marcó nuestra sociedad y a muchas generaciones, por todos los procesos de cambio que realizó en la comunidad y de la que recibió gratitud a través de los homenajes que en vida recibiera.

La Medalla “Yucateco Distinguido”, le fue entregada de manera póstuma al Dr. Miguel Rivero Centeno, quien la portó con el orgullo de saberse hijo de tan ejemplar maestra. En la mesa de honor estaban Dulce, María José y Constanza y pude sentir la emoción en sus rostros y la gratitud e imborrable cariño a una madre sencilla y a la vez brillante que supo encauzar sus vidas con la infinita bondad y entereza que en vida le caracterizó.

Gracias, querida maestra Hilda Cervera por propiciar momentos tan sensibles y humanistas y por destacar la vida de tan ejemplar vallisoletana. Su presea fue igual, un reconocimiento merecidísimo a esa impecable e incansable labor educativa de más de 70 años. Que la vida le permita gozar muchos momentos como éste, y que en su pecho cuelguen muchas más medallas, premios y preseas que son los justos reconocimientos a esas nobles tareas que ha desarrollado con tanta paciencia y amor por las niñas y niños de Yucatán. Me hizo muy feliz verle a usted y a toda la familia Ruz Cervera, a los maestros, los alumnos, a tan cercanos amigos y a la querida familia Rivero Centeno que año con año se hace presente, en tan digno recinto educativo, para honrar la siempre grata e inolvidable figura de quien fue una maestra con alma y que vive en los recuerdos de quienes tuvimos el privilegio de ser tocados con su mágica esencia: Josefa Centeno Rosado, la inolvidable maestra Fita.