Recordando a Felipe Carrillo Puerto

Leonel Escalante Aguilar: Recordando a Felipe Carrillo Puerto.

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Muchas veces hemos reflexionado sobre la vida y obra de Felipe Carrillo Puerto. En contextos diversos, pero siempre llegamos a la conclusión de que fue un hombre de enormes latitudes, visionario y dueño de una probada inteligencia que le permitió vislumbrar un Yucatán moderno, próspero y justo sobre todo para la clase obrera, las mujeres y sus hermanos mayas.

Sus acciones estuvieron dirigidas a organizar el Estado bajo un régimen de alianzas que funcionaran como un vínculo fortalecedor y le permitieran llevar a cabo su proyecto socialista hasta los últimos rincones del territorio yucateco. Fue gracias a las denominadas Ligas de Resistencia, que comenzó a realizar acciones como el reparto agrario, la educación racionalista y la libertad de los indígenas mayas sujetos mediante el peonaje a las haciendas henequeneras. En marzo de 1922 se materializó uno de sus más anhelados proyectos, la Universidad Nacional del Sureste —integrada por las Facultades de Medicina, Jurisprudencia e Ingeniería, el Instituto Literario o Preparatoria, la Escuela Normal Mixta, la de Música y la de Bellas Artes—. Sin duda, algunos de sus más importantes legados.

El proyecto socialista de Felipe Carrillo Puerto y su vinculación con el entorno político del sigloXX resulta un tema relevante para entender las realidades regionales posrevolucionarias. En este contexto, la preocupación por entender el desarrollo de este proceso en el ámbito yucateco, visto a través de la influencia de un líder —en este caso Carrillo Puerto— cobra importancia toda vez que su proyecto político significó un cambio en la comprensión de la identidad del indígena maya que puede analizarse desde dos vertientes. La primera es en el contexto local, es decir, cómo se modificó la idea de la población indígena en el espacio regional. La segunda vertiente es cómo se difundió y comprendió a Carrillo Puerto y el socialismo yucateco tanto en el ámbito nacional como en el latinoamericano.

Carrillo no sólo era un líder socialista, sino también era un estratega político audaz que supo manejar los cambios en el entorno político regional y nacional. La figura de Felipe tiene varios contornos. Una de sus aportaciones durante su gestión gubernamental fue incorporar a la mujer a la vida política y social del Estado. Durante su Gobierno las profesoras Rosa Torres y Genoveva Pérez fueron las primeras mujeres en la historia de México que ocuparon puestos de elección popular. Acción que puso a Yucatán en las páginas de gloria de la historia de México.

La labor de Carrillo Puerto alcanzó también otros ámbitos además del agrario y de la educación, pues durante su gestión promulgó las leyes de previsión social, del trabajo y de expropiación por utilidad pública. La trova y la música popular yucateca también se vio beneficiada por el gobierno de Carrillo Puerto, utilizando para su difusión la radiodifusora “La Voz del Gran Partido Socialista”.

Yucatán debe honrar a diario a Felipe Carrillo Puerto. En los entornos escolares de esos lejanos poblados mayas, ahí donde el maíz sigue siendo predilecto manjar. En las aulas universitarias debe también sonar el eco de su voz, la que dirime y vuela con libertad y defiende al justo y al oprimido. La cátedra debe ser siempre justiciera y afanosa y debe lograr cambios en el pensamiento que haga perpetuar el legado transformador de un yucateco que aún sigue vivo en la historia de nuestra tierra y en la memoria y legado de su propia historia.

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