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Todos hemos alguna vez utilizado crédito (personal, de tarjeta, automotriz, hipotecario, etc.). Un elemento que a menudo genera malentendidos son los burós de crédito. Muchos lo consideran como entidades misteriosas que controlan nuestras vidas financieras, pero la realidad es otra, y es menos aterradora. En este artículo, exploraremos las creencias erróneas más comunes acerca de los burós de crédito y veremos cómo realmente funcionan.

Empecemos por el principio: ¿quién es el dueño del Buró de Crédito? Las sociedades de información crediticia (el nombre real de lo que conocemos genéricamente como Buró de Crédito) le pertenecen a los mismos bancos, financieras, tiendas departamentales y SOFOMEs que las alimentan de información. Son empresas privadas que cobran por el servicio de proveer información acerca de cómo pagan sus créditos las personas físicas y morales solicitantes –sí, las personas morales también reportan-.

Existe más de un buró de crédito (en México es un duopolio entre Buró de Crédito y Círculo de Crédito). Los bancos y financieras reportan, pero las empresas de telefonía celular, telefonía fija, cable, tiendas departamentales y hasta los proveedores de internet también. A menos que no uses ninguno de estos servicios, podemos decir que todos estamos en algún buró. Y esto no es malo.

Tener información personalizada de tu conducta crediticia le permite a un prestamista decidir darte crédito y a qué tasa. El sistema de puntaje que usan las sociedades de información crediticia permite diferenciar a quienes pagan puntual de los que no lo hacen, premiando con tasas más bajas la buena conducta de pago. Evita que paguen justos por pecadores, y baja el costo de pedir prestado para todos los solicitantes de crédito, al tener menos créditos malos para los que es necesario crear reservas. ¿Por qué entonces la mala fama? Veamos algunas creencias populares acerca del Buró:

1. Mito del control absoluto: contrario a la creencia popular, el Buró de Crédito no decide si obtienes un préstamo o no. Simplemente recopila y reporta tu historial crediticio, proporcionando a los prestamistas una herramienta para evaluar el riesgo de otorgarte crédito. Es quien presta quien decide.

2. Mito del historial perfecto: la idea de que un historial crediticio imperfecto es irreparable es otra falacia común. Aunque los errores pasados pueden afectar tu puntaje, los burós de crédito están diseñados para reflejar tu situación crediticia actual. Pagar tus deudas a tiempo tiene un impacto positivo a largo plazo.

3. Mito de la perpetuidad de la deuda: algunas personas temen que las deudas queden registradas indefinidamente en el Buró de Crédito. Sin embargo, la mayoría de las deudas se eliminan de tu historial después de cierto tiempo.

4. Mito de la falta de control sobre la información: contrario a la creencia de que estamos indefensos ante el Buró de Crédito, existen leyes que protegen nuestros derechos y nos otorgan a los consumidores el derecho a disputar información incorrecta en sus informes de crédito.

Por último: consulta tu reporte crediticio. Es gratuito, sirve para prevenir fraudes de suplantación de identidad, y toma sólo unos minutos. 

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