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Se le atribuye a Niels Bohr la frase “Es muy difícil hacer predicciones, sobre todo cuando se trata del futuro”. Exactamente así veo el segundo semestre de 2024.

Al momento de escribir estas líneas, el tipo de cambio se halla alrededor de 18.50, y la renta variable norteamericana (medida con el índice Standard & Poor’s 500) ha tenido ya un rendimiento de 13.8% desde el inicio de año hasta hoy. Hemos recuperado todo lo perdido en 2022, y más. Las mega tendencias (inteligencia artificial, autos eléctricos, semiconductores, etc.) han ayudado a este crecimiento, mientras que las industrias más tradicionales (bancos, empresas del ramo de salud, bienes básicos de consumo, etc.) se han sostenido aceptablemente.

En lo referente a renta fija en dólares, la tasa actual es aceptable y el escenario es iniciar la bajada de tasas en septiembre de este año. En otras palabras, hemos tenido un muy buen primer semestre para los inversionistas en dólares.

Creo que el segundo semestre será mucho más volátil que este. Por lo que ya mencioné anteriormente (la renta variable ya está en los niveles en los que todos los analistas esperaban que estuviera a fin de año, y no creo que saquemos mucho más rendimiento por ahí en los próximos meses) y por lo que viene: en México, la instauración de nuevas Cámaras de Diputados y Senadores que tendrán que dictaminar las iniciativas enviadas desde Palacio Nacional; y en EE.UU. todavía queda por ver el ganador de las elecciones de noviembre, ahora que Biden ha decidido dar un paso al costado.

Estos eventos presionarán el tipo de cambio. Si bien es difícil predecir el futuro, podemos remontarnos al pasado: en la elección de 2016, ganada por Trump, el dólar llegó a 25 pesos (centavos más o menos). En caso de suceder lo mismo, puede pasar lo mismo. Adicionalmente, en caso de ganar el partido Republicano, seguramente intentará renegociar agresivamente el TMEC.

¿Qué significa esto para nosotros, y qué podemos hacer? En este momento, recomendaría sobreponderar la renta fija en USD, por lo menos hasta fin de año. Fondos de inversión con papel gubernamental norteamericano y algo de deuda corporativa de alta calificación me parece el camino adecuado para los siguientes meses. ¿Demasiado conservador? Puede ser. Pero los riesgos en este momento son más grandes que las recompensas potenciales.

Para aquellos que desean, de todas maneras, tener renta variable en su portafolio, recomendaría enfocarse en empresas con pago de dividendos estable. Y esto significa empresas muy grandes y muy establecidas en su industria. No es necesario escogerlas individualmente: hay varios fondos de inversión que se enfocan en este tipo de empresa, de tal manera que con un solo fondo ya podemos obtener diversificación.

Viene el tiempo de la volatilidad. Creo que donde obtendremos más rendimiento el segundo semestre del año será a través del tipo de cambio. Y si no es así, el costo de equivocarse del lado prudencial es, en este momento, bajísimo.

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