El acceso a la comunicación en su sentido más amplio es el acceso al conocimiento, y eso es de importancia vital para nosotros si no queremos continuar siendo despreciados o protegidos por personas videntes compasivas. No necesitamos piedad ni que nos recuerden que somos vulnerables. Tenemos que ser tratados como iguales, y la comunicación es el medio por el que podemos conseguirlo. Louis Braille (4 de enero de 1809 – 6 de enero de 1852)

Desde 2019 la ONU conmemora el Día Mundial del Braille, el 4 de enero, en homenaje al natalicio de su creador Louis Braille. Con esto se pretende lograr una mayor conciencia social e importancia acerca de este sistema de lectoescritura como medio de comunicación y la realización de los derechos humanos de las personas con discapacidad visual. Asimismo, representa competencia, independencia e igualdad.

Louis Braille nació en Coupvray, Francia, en donde a los 3 años sufrió un accidente imitando el oficio de su padre, talabartero, con un instrumento en forma de media luna, dañándose el ojo derecho. El daño se extendió al ojo izquierdo y perdió la vista totalmente, a los cinco años de edad.

Tesonero, Braille asistió a la escuela de su localidad y obtuvo una beca, a los 10 años, para estudiar en el Real Instituto para la Juventud Ciega (RIJC) de Francia, una de las primeras escuelas especializadas en este campo en todo el mundo. La mayor parte de la instrucción se impartía de forma oral.

El fundador de la escuela, Valentin Haüy, desarrolló un sistema de impresión de libros muy básico con los caracteres en relieve para permitir la lectura táctil. El rudimentario método exigía una impresión individualizada en cobre para cada letra y aunque los alumnos podían tocarlas e identificarlas con las yemas de los dedos, no eran capaces de reproducirlas por sí mismos mediante la escritura.

Charles Barbie de la Serre, oficial del ejército, visitó la escuela en 1821, para presentar su invento de lectura nocturna, con el que los soldados en las trincheras, podían intercambiar mensajes en la noche, sin hablar, para no ser descubiertos por el enemigo. La escritura era a base de puntos y guiones en relieve.

Los estudiantes pronto abandonaron el sistema, por sus diversas fallas.

Sin embargo, Louis Braille persistió, tomó el código, lo fue afinando hasta que reprodujo la fonética básica con apenas seis puntos en relieve. Después de varios años su sistema lo utilizaba también para la enseñanza de la música y las matemáticas.

Cuando apenas tenía 15 años de edad Braille ya había abierto un camino para el aprendizaje y dignificación de las personas con discapacidad visual.